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001 (EL MAR SE MUEVE, EL MAR NOS MUEVE) Bebli Adzotor de 59 años, fotografiada en el umbral de su casa. (Sigo viviendo aquí, un poco más arriba. A veces vuelvo a esta casa, mi casa por treinta y siete años...)
EL MAR NOS MUEVE, El MAR SE MUEVE (Los procesos migratorios ante el cambio climático) Fuvemeh (Ghana) un pueblo de pescadores, situado entre el océano Atlántico y la desembocadura del río Volta ha desaparecido, ya no existe, ni en “Google maps”, sólo en la memoria de quienes la habitaron y en los recuerdos de sus hijos y nietos.. La erosión costera y la subida de los océanos producidos como consecuencia directa del calentamiento global, poco a poco hacen desaparecer comunidades costeras a lo largo de los países de África Occidental, con el consabido movimiento migratorio, un total de trece países y cerca de diez mil kilómetros de costa. Fuvemeh es un claro ejemplo de ello. Años atrás los habitantes de esta aldea, con cada subida de la marea alta, poco a poco, veían como sus tierras, sus casas y sus “vidas” desparecían. Las defensas, barreras y rompeolas de contención, construidas por proyectos de cooperación también se los ha tragado el mar… Los habitantes de Fuvemeh, quienes pueden, han huido, a otras aldeas, otras casas, otros países. Unos centenares de metros más arriba de la orilla, esperando y deseando que el mar no vuelva, muchos de ellos es la cuarta vez que se cambian. Con la marea baja algunos días vuelven a sus casas, a lo que quedan de ellas, sus muros, sus ventanas, al umbral de una puerta, a veces sólo la nada. Un espacio físico vacío, que llenan con su memoria. Estas fotografías dobles (retrato/casa) están tomadas en esos momentos, en los que los antiguos moradores de Fuvemeh, relatan lo que sienten y piensan…