Entrevista al artista Juan Aguirre Vila-Coro
- by MundoArti
- 05/11/2018
Juan Aguirre Vila-Coro nacido en Madrid en el año 1955, comenzó su formación artística en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid durante los cursos 1969-1970 y 1970-1971. Además estudió Arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid de 1972 a 1980.
Ha compatibilizado su profesión de arquitecto con otras actividades en el campo de las artes plásticas, primero como pintor con técnicas tradicionales (óleo, acrílico y aerografía) y luego dedicado sobre todo al modelado digital.
Ha celebrado exposiciones de su obra plástica principalmente en Madrid, Segovia y La Granja de San Ildefonso, que es donde reside actualmente. Ejerce desde hace veinticinco años como arquitecto, y además, desde hace dieciséis años, como profesor de diversas asignaturas del campo de las artes plásticas en la Escuela de Arquitectura de la Universidad SEK de Segovia (actualmente Instituto Empresa) y en la Fundación Centro Nacional del Vidrio, con alguna incursión en Ferias de Arte en Europa (Cremona, Italia 2013 y Bruselas, Exposición España‐Select 2014).
Tu trayectoria arquitectónica y plástica han estado siempre muy vinculadas. ¿De dónde viene tu interés por ambas disciplinas?
Yo en general me he interesado por todas las manifestaciones artísticas. De hecho hago algo de música, relatos breves, he hecho teatro de joven, etc.. pero evidentemente cada uno tiene sus limitaciones y donde con más soltura y comodidad me muevo es en el campo de las artes plásticas tanto en la pintura, como en el modelado y en la arquitectura.
Por otra parte la arquitectura es una profesión que se traduce en crear cosas que son de alguna manera necesarias para la sociedad, las viviendas, los centros comerciales, las oficinas, razón por la que ofrece una mayor seguridad para ganarse el pan. En cambio tanto el modelado como la pintura son un ejercicio puro de libertad, al menos para mi. Hago lo que me da la gana en estas disciplinas sin tener que rendir cuentas ni estar condicionado por nada, ni siquiera, y así lo entiendo yo por la parte económica. Por ello no espero ser generosamente retribuido, porque el hacer lo que te da la gana normalmente no se recompensa demasiado.
¿Hay algún miembro de tu familia que ya trabajara la arquitectura o las artes plásticas?
Si. Tanto en la familia de mi padre como entre mis hermanos siempre ha habido alguien que destacaba en estos campos. Yo tengo un hermano mayor, del cual he aprendido muchísimas cosas que es arquitecto como yo, excepcionalmente brillante en la arquitectura y una persona que está con el lápiz en la mano de forma permanente, yo creo que para seguir aquella máxima de Picasso. “Si te llega la inspiración procura que te pille trabajando”.
¿En qué momento decidiste dedicarte profesionalmente a ellas?
Pensé hacerlo desde el inicio de los estudios superiores, como a los 14 años, cuando uno se cree capaz de hacer de todo todos los días y con total éxito. Por suerte pronto bajé a la cruda realidad y ya me di cuenta que con la arquitectura podría sostener económicamente mi futuro. Sin dejar de lado nunca la pintura he trabajado casi cuarenta años en la arquitectura y la pintura quedó como una faceta donde ejercer como antes comentaba, mi libertad, de forma absoluta, ya que en nuestra sociedad hay muchas restricciones de todo tipo al trabajo del arquitecto, a cambio de un sustento económico casi garantizado, en cambio en la pintura no rindes cuentas más que ante ti mismo y como decía antes, eso raramente está bien retribuido.
Si nos centramos en el ámbito de las artes plásticas (que es el que realmente nos concierne) hemos visto una gran evolución. Al principio te centrabas en las técnicas tradicionales (óleo, acrílico..) pero más tarde decidiste dedicarte plenamente al modelado digital. ¿Qué es lo que motivó a cambiar radicalmente tu obra?
Desde que aprendí a los 14 años a dibujar con una enseñanza seria en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, en una disciplina como el dibujo de estatuas, lo que se denomina “mancha” y observé que existían técnicas tan diferentes como el carboncillo, el lápiz de grafito o el lápiz graso y lo que se evaluaba era el trabajo final, ya me di cuenta que lo que importa no son los medios sino el resultado. Mas adelante en una obra de una vivienda en la que yo apretaba a un muy buen albañil para que trabajara más rápido, me dio una contestación que me dejó reflexionando sobre la misma cuestión de los medios y el resultado. “cuando pasen diez años o mas y alguien valore mi pared, no va a tener en cuenta ni como lo hice ni cuanto tardé, sino si está bien hecha y no se agrieta”.
Contestando a tu pregunta de forma más concreta, la evolución no se ha producido en el fondo sino en las técnicas. Es decir intento hacer las mismas cosas con medios más evolucionados (al menos para mi) Si te fijas, aunque esto no se valore, y me parece bien, con la pintura acrílica se hace casi lo mismo que con el óleo pero sin los eternos procesos de secado. Con el aerógrafo se evoluciona a una pintura aún mas eficaz, aunque con alguna limitación técnica. En su día nadie cuestionó a los hiperrealista del aerógrafo su apoyo en la tecnología del compresor de aire, como en el renacimiento nadie cuestionó las argucias de Miguel Angel y otros para pintar enormes superficies en techos donde lo pintado era inobservable. Ni que decir tiene que el salto al ordenador es un paso descomunal en todos los aspectos y sigo la máxima que oí a alguien “lo que se pueda hacer en el futuro con medios informáticos, se hará con ellos”.
Si el hombre de las cuevas de Altamira tenía que pintar con un palito y sangre, porque no tenía otros medios, pues mala suerte. Seguro que en unos años se podrá pintar solo utilizando solo el cerebro y los que movemos el ratón no sentiremos viejos.
Normalmente los artistas os acordáis de todos los trabajamos que habéis ido realizando, pero siempre la primera obra, el primer momento en que decidisteis empezar, se queda grabado para siempre. ¿Qué obra fue? ¿De qué trataba?
Recuerdo como hacia los ocho años un profe de los que enseña todo a los niños que nos soltó unas hojas de bloc y unas ceras de colores y nos dejó dos horas para pintar. Recuerdo haber disfrutado de esas dos horas de hacer lo me diera la gana con las ceras y el papel, como pasaron de rápido las dos horas y evidentemente recuerdo aún mejor como al día siguiente el profe nos felicitó a unos pocos. Y recuerdo el tema: Unas familia con muchísimos hermanos, como la mía, que pasaban un día de nieve subidos en un árbol. Ya con más años, me decidí a empezar a hacerlo más seriamente cuando me ofrecieron una sala para exponer sin que recuerde ninguna de aquellas obras en particular.
¿Cuántos años llevas trabajando las artes plásticas? Y exactamente ¿cuántos años llevas ya con el modelado digital?
Por las respuestas anteriores ya habrás podido intuir que pinto desde niño, como también desde niño me encantaba construir cabañas de palos, ramas, etc…
El conocimiento del modelado digital me viene desde que yo me atreví en la Escuela de Arquitectura a dar clases de “Nuevas Técnicas de Representación Arquitectónica” porque era de los poquitos arquitectos que ya utilizaba el ordenador para hacer planos. La necesidad de estar dando clase a diario en esta disciplina te obliga a estar muy al día con lo que ha inventado “el hombre blanco” (no es una expresión racista sino tomada de una película de indios, por supuesto) y a enseñar a hacer uso de ello aún te obliga a aprender más.
Después de quince años enseñando y por qué no decirlo, también aprendiendo de mis alumnos y una vez cerradas tanto la Escuela de Arquitectura como la Escuela Superior de Vidrío, rellene mis horas libres utilizando las técnicas que yo enseñaba.
Hemos visto que prácticamente todas tus obras de modelado digital siempre están basadas en la sociedad. ¿Qué quieres transmitir o reflejar?
Si de verdad es así, deben ser cosas del subconsciente o de esas otras cosas que llevamos en la cabeza, pero yo tengo muy claro que lo que hago de forma intencionada responde a dos frases de pintores: “Pinto lo que me sale de los cojones del alma” (que no se de quien es, pero yo la atribuyo a Antonio López) y otra de Picasso que dice: Un pintor pinta lo que vende y un artista vende lo que pinta. No intento transmitir de forma consciente nada en particular pero de ninguna manera me acomodo a lo que se vende. A mi la idea me surge en cualquier momento (y debo ser un gandul porque nunca me pilla trabajando) pero como tengo una muy buena memoria, en cuanto puedo la anoto o la esbozo.
¿Cuánto sueles tardar en llevar a cabo este tipo de obras?
Es una pregunta difícil de contestar porque no es ni mucho menos igual en todas las obras. Algunas ideas se transforman rápidamente en obras porqué la idea es nítida y está en la cabeza todo el proceso de ejecución y otras son el producto de rumiar cosas durante años, y cuando digo rumiar, es que surgen de otras cosas guardadas sin una conclusión convincente que como se archivan en el ordenador y son retomadas más adelante con éxito. Lo que si puedo decirte es que exprimo el ordenador hasta sus últimos límites, ya que a titulo de ejemplo el procesado de la imagen final dura no menos de 36 horas ininterrumpidas de ordenador solito y a veces hasta cuatro días seguidos, mientras yo puedo dedicarme a otras cosas.
¿Cuál es tu favorita? ¿Por qué?
Mi obra favorita es “La Tienda de juguetes” porqué además de ser una obra cuya imagen tuve clara desde el origen, fue la primera que cuando el ordenador termino de procesarla y vi la imagen final me di cuenta que por primera vez (luego ha habido muchas más claro está) había quedado todo exactamente como quería, había utilizado todos los recursos técnicos y archivos previos e iba a ser la primera obra de una serie que me parecía que merecía la pena que vieran los demás.
Es curioso que he hecho muchas de juguetes y mi hijo mayor, informático el, le dio por la psicología un día y me pregunto si había tenido una infancia feliz con lo que nos reimos los dos bastante. No se si es el mejor crítico pero desde luego el mas divertido que he tenido, aparte de mi difunto padre que hacía siempre unos comentarios interpretando los cuadros de forma forzadamente rebuscada y caricaturizada. Será la genética.
¿Cuántas veces has expuesto?
Al público no muchas, mas bien pocas en mi etapa de aerógrafo, oleo, etc.. Lo que hacía lo colgaba en casa o lo regalaba al que lo elogiara sinceramente. Con el modelado digital ha sido diferente ya que tuve “la mala suerte” de ser el único arquitecto que vendió dos obras, (contra ninguna del resto) hechas con medios digitales en una exposición de la obra gráfica de los arquitectos de Segovia.
Eso me dio el puntito de confianza que me faltaba y desde ese momento, año 2013 empecé a hacerlo con regularidad en los lugares más diversos.
¿Qué supone para ti exponer en “Espacios para el Arte”? ¿Cuál fue el motivo real que te llevó a participar en este proyecto?
La idea de exponer en lugares poco convencionales pero que cada vez es más frecuente, ya empezó en el año 1.984 cuando me ofrecieron una sala, para mi solito, durante un mes y de forma gratuita en un concurridísimo restaurante de Torrecaballeros. Me fue realmente bien, porque aunque reconozco que fue un poco precipitada y no había mucha calidad en lo que llevé, vendí tres o cuatro cuadros y evidentemente regalé uno a la anfitriona después de sondear secretamente cual era el que mas le gustaba. Por otra parte que te llamen, sin conocerte, para participar en un proyecto así es bastante gratificante.
Esperamos que hayas disfrutado leyendo esta entrevista, no te pierdas la que le hicimos al reconocido fotógrafo y arquitecto Nicanor García.