ENTREVISTA AL ESCRITOR JUAN ARGELINA
- by MundoArti
- 09/04/2025

Cuéntanos un poco de ti.
Me llamo Juan Argelina. Nací en Madrid en 1960 y estudié Geografía e Historia en la Universidad Complutense, doctorándome en Historia Antigua y Arqueología. He sido profesor de Historia y he participado en múltiples proyectos pedagógicos hasta mi jubilación en 2020. Como activista por los derechos del colectivo LGTBI, formé parte en los 90 del grupo “Radical Gai”, que aportó el primer acercamiento a la teoría “queer” en España, y cuya creatividad forma parte ahora del “Archivo Queer” del MNACRS. Entre 1998 y 2008 colaboré en proyectos para la mejora educativa y profesional en Burkina Fasso a través de la compañía Neré; gané el premio de microensayo histórico de la revista Desperta Ferro en su cuarta edición del 2022, año en el que también publiqué el libro “Voces transgresoras. Una memoria queer de la cultura insumisa” en la editorial Bohodón; y actualmente escribo artículos periódicamente para el medio digital Izquierda Diario, al tiempo que mantengo desde un blog personal, “Howl” (jackerouack.blogspot.com), con información sobre crítica literaria, cinematográfica y sociopolítica.
Háblanos de tu libro, “Voces transgresoras”, y por qué decidiste escribir un ensayo como éste?
No quería hacer únicamente una crítica cultural. Pensé que el fenómeno de la transgresión sexual y de género debía ser el hilo conductor de esa crítica, ya que investigaba las formas en que la literatura ha cuestionado las normas heteropatriarcales que han construido ese género y esa misma sexualidad desde el siglo XVI, cuando surge el mundo moderno. No hay que confundir transgresión con revolución. La revolución supone un cambio general y la transgresión es sólo un hecho puntual. No obstante, se pueden rastrear las huellas de transgresiones pasadas, que siempre acaban siendo desenterradas, para usarse de nuevo pese a todos los intentos por sepultar su memoria e imponer otra basada en la heteronormatividad binaria. Voces transgresoras intenta rebatir los discursos que pretenden silenciar las narrativas históricas transgresoras, que, en la mayoría de los casos, han tomado formas metafóricas de ficción literaria y fílmica. El arte y la literatura han constituido siempre campos de experimentación para la transgresión social, que el poder, cualquiera que este sea, ha tratado de censurar o ridiculizar, suprimiendo su mensaje. Uno de mis propósitos era precisamente deconstruir el silencio.
Para mí la idea de lo queer engloba a todas esas formas perversas de vida, “inquietantes” para el sistema, y alejadas de cualquier intento de categorización, cuya mera existencia supone ya una disidencia contra la hegemonía de la heterosexualidad. Para “reconstruir” su genealogía, he tenido que modelar un auténtico rompecabezas espaciotemporal, en el que ni hay linealidad histórica ni interconexiones geográficas que permitan hablar de una “globalidad” queer antes de la creación de los primeros movimientos LGTBI de finales del siglo XX. Todos los elementos de esta genealogía que se adelantaron, aportando su semilla de subversión para conformar lo que actualmente conocemos como queer, crean una estructura sin un orden claro, pero son fuertemente interdependientes. Por eso, aunque los ámbitos geográficos propuestos (el no-lugar de las mujeres del siglo XIX, la Norteamérica de la primera mitad del siglo XX, la Italia fascista y de posguerra, el Berlín de entreguerras, la Francia del cambio de siglo, la España de la Guerra Civil y el franquismo, los territorios colonizados y fronterizos) tienen singularidades comunes, sin ser necesariamente coetáneos, aparecen como islas conectadas por puentes por los que circula la disidencia contra un canon académico culpable de censurar hasta prácticamente su anulación física a todos aquellos que por su género, clase, sexo, edad, capacidad u origen étnico, no encajaban con las reglas de la heteronormatividad e intentaban crear modelos alternativos de vida.
Para mí la idea de lo queer engloba a todas esas formas perversas de vida, “inquietantes” para el sistema, y alejadas de cualquier intento de categorización, cuya mera existencia supone ya una disidencia contra la hegemonía de la heterosexualidad.

¿Tienes algún proyecto en marcha? ¿Hay otro libro en camino?
Si. Después de haber dado mis primeros pasos en la ficción con el cuento “También los libros arden en la noche de San Juan”, incluido en la antología “Yo he venido a hablar de mi libro". Relatos de autores frente a lectores”, de la editorial Bohodón, que se ha publicado este año, decidí escribir sobre mis experiencias durante los numerosos recorridos que hice al África occidental, en los que recorrí Mali, Burkina Faso, Niger, Benín, Togo y Ghana. Un viejo amigo se marchó allí a vivir hace ya casi 30 años y me convenció para que participase en algunos de sus proyectos de ayuda en la empresa que montó en Ouagadougou. Desgraciadamente, falleció durante la pandemia, y quiero rendirle un especial y querido homenaje con este libro que ahora estoy trabajando. Por tanto, no será la típica guía de viajes, sino una visión personal de aquellos territorios y sus gentes, con detalles y anécdotas que mezclarán el tono autobiográfico con la ficción literaria.
¿Fue complicado publicar un ensayo como “Voces transgresoras”? Seguramente fue para ti un “reconocimiento” al esfuerzo que dedicaste a tu trabajo. ¿Cuánto tiempo te llevó realizarlo?
El tema del ensayo no lo eliges. Casi te elige él a ti. Y comienzas a investigar y a recopilar información como si fueras un detective, hasta que vas obteniendo respuestas a las hipótesis de trabajo que te habías planteado previamente. Como no fue un encargo, el tiempo no me preocupaba. Otra cosa hubiera sido si se tratara de una exigencia académica o, como decía, un encargo editorial. Yo ya estaba acostumbrado a la elaboración de este tipo de investigaciones durante los años que trabajé como arqueólogo e historiador, así que todo se desarrolló de forma fluida. Es más, durante el proceso pude realizar al mismo tiempo el texto “Ecos poscoloniales”, que recibió el primer premio del IV concurso de microensayo de la revista Desperta Ferro, en 2022. En el caso de “Voces Transgresoras”, contacté primero con la editorial Egales, ya que pensaba que el tema se adaptaba bien a las preferencias de sus publicaciones, pero lo rechazaron aduciendo que en esos momentos solo admitían ficción. El ensayo no es un género fácil de encajar en el mundo editorial, a no ser que se trate de un tema de actualidad, y aún así, debes ser un autor reconocido para que te hagan caso. Por ello corrí un riesgo que cualquiera, desde fuera, lo vería claramente innecesario. Pero, en primer lugar, lo hice con ganas y me resultó muy productivo en cuanto al proceso investigador mismo, y, en segundo lugar, tras recibir el “no” por respuesta a las numerosas peticiones que hice a las editoriales que creí más “receptivas”, la buena acogida que me brindó Bohodón me hizo sentir que todo el tiempo que había invertido, alrededor de 3 años de trabajo, habían merecido la pena. Desde su publicación no he parado de hacer presentaciones en bibliotecas, centros culturales, librerías especializadas y programas de radio, además de ir a las ferias del libro de diversas ciudades. Hasta me invitaron en una ocasión a la televisión de Cádiz, cuando presenté allí el libro con motivo de sus fiestas del orgullo de 2023. Si quieres que tu obra se conozca, hay que promocionarla. Por tanto, al trabajo dedicado a su redacción se suma este otro para darla a conocer, que no es menor.

¿Recibes mensajes de agradecimiento de personas que leen tus obras? ¿Crees que estás cumpliendo tu cometido?
Por supuesto. Aquí entra en juego todo el tema de las redes sociales, que es uno de los medios más importantes a la hora de difundir no sólo tu obra, sino también tus ideas, tu forma de ser, la imagen que quieres dar al mundo. Desde mis perfiles de Instagram, Facebook o “X”, la antigua twitter (de la que estuve tentado de abandonar, pero pensé que aún me sería útil), puedo comunicarme con mis amigos y mis grupos para transmitirles mis eventos, mis opiniones, y dialogar con ellos sobre mi trabajo y mis proyectos. Hoy por hoy, esto es fundamental. Siento que me apoyan y agradecen el feedback que se establece entre nosotros. Publico ahí los enlaces a los videos que hago de mis presentaciones en youtube, donde, a través de mi canal puedo interaccionar de forma directa tanto con los lectores como los interesados en los temas de historia que trato habitualmente. Es fácil encontrarme. Sólo tenéis que teclear mi nombre.
¿Qué supone para ti MundoArti? ¿Te ha ayudado a crecer como autor?
MundoArti me ha abierto multitud de oportunidades para conocer a otros autores, personas interesadas en el arte y la literatura, que me han aportado ideas y enriquecido con sus opiniones y experiencias; para enterarme de concursos y exposiciones interesantes; y, sobre todo, para leer entrevistas y consejos que me han aportado otros planteamientos alternativos a los míos, e igualmente importantes. Todo esto me ha ayudado, efectivamente, a crecer como autor, y esto se nota en mis últimos relatos, de los que podéis tener un buen ejemplo en el que pude incluir en el libro colectivo “Yo he venido a hablar de mi libro”, de Bohodón editores. Muchas gracias.
Juan Argelina, 30 de marzo de 2025
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