Entrevista al escultor Carlos G. Torrico
- by Mundoarti
- 28/09/2022
Cuéntanos sobre ti
Nací en 1978. Vivo en el extrarradio del extrarradio. Pasé los veranos de mi infancia en Hoyos, Sierra de Gata, Cáceres. Dejé la carrera de historia en la Universidad Complutense y me puse a trabajar en un almacén durante diez años. De noche. Mientras tanto, me licencié en psicología en la UNED y a eso me dedico profesionalmente ahora. Soy psicólogo de barrio. Siempre tuve inquietudes artísticas de algún tipo, a pesar de todo.
¿Qué disciplina artística trabajas?
Hago esculturas, pero mi trabajo proviene del texto. Sobre todo, de la poesía y sus mutaciones. Tengo un par de poemarios publicados: Nanopoética y Susurros de deliquio.
¿Desde cuándo eres escultor? ¿Qué te motivó a hacerlo?
A finales de 2018 visité la galería Guillermo de Osma y me encontré con una pequeña exposición sobre Jorge Oteiza. Yo venía haciendo un trabajo de resta, de simplificación del texto y de la imagen. Y como tantos y tantos, descubro a Oteiza; figura y obra, y ¡pam! A partir de ahí, los primeros pasos con el volumen y los materiales, que son el inicio de mis devaneos con la escultura. Luego he leído casi todo lo que escribió y es fantástico. Oteiza es un genio para mí.
Soy escultor diría que desde 2019, aunque tengo alguna pieza previa. Tras varios años dedicado a la poesía experimental y colectiva, llegó un momento en el que di el salto a la poesía visual, apareciendo ya el objeto y lo material. Tengo pendiente reunir todos esos trabajos en una publicación para conservarlos.
¿Influencias de otros artistas o movimientos artísticos?
Oteiza y la escuela vasca de escultura (Chillida, Basterretxea, Mendiburu), Alexander Calder, Bruno Munari, Brancusi, Julio González, Henry Moore, Katarzyna Kobro, Barbara Hepworth, Isamu Noguchi…
En cuanto movimientos, sin duda, el constructivismo, el abstraccionismo de Kandinsky, el suprematismo de Malevich.
La literatura de Macedonio Fernández, de Julio Cortázar, María Zambrano…
Háblanos de la evolución de tu obra
Ha sido una evolución bastante probable o bastante común; desde funciones y operaciones básicas con materiales sencillos y luego añadiendo agregados de complejidad de una mayor pericia con aquella técnica o aquel material hasta poder enlazar con la narrativa o la poética.
Siempre digo que la poética o la haces o te la hacen, así que considero importante no solamente realizar el trabajo sino ser capaz de explicarlo en mis términos, aunque a la gente no le interese.
¿Obras favoritas en tu trayectoria?
Hasta ahora tengo tres series de esculturas que han condensado pensamientos de las lecturas: La Ontografía del objeto cuádruple, Sinnesfelder o los campos de sentido y el Hiperobjeto y su ontología plana.
Estoy muy contento con estas series porque creo que he podido, de alguna manera, explicar en los talleres o las charlas preliminares estas teorías tan abstractas a través de las piezas.
Queda pendiente abrir conversaciones con estudiantes de filosofía, profesores de estética o quien quiera que me pueda orientar y criticar para perfeccionar estos intentos de aproximación material a la filosofía seguramente defectuosos o incoherentes.
Si tuvieras que definir en una frase los propósitos de tu trabajo, ¿qué dirías?
Es exploración de los márgenes de mi entendimiento, de los materiales, de las formas, de sus posibilidades.
Trato de representar con objetos las lecturas que voy haciendo en derivas de libros, sobre todo de filosofía contemporánea y otros ensayos. Soy un mal lector y representar teorías me ayuda a aprender.
¿Te dedicas en exclusividad al arte o es un hobbie?
No lo puedo considerar en absoluto un hobby, aunque a veces para quitarle hierro al asunto lo denomino así. Yo lo definiría como una necesidad a tiempo parcial. Mi medio de vida es el trabajo con las personas como psicólogo.
¿Has realizado alguna exposición?
Me siento muy afortunado de haber podido, en el poco tiempo que llevo dedicado a esta actividad, hacer cuatro exposiciones individuales, además inaugurando dos espacios expositivos como son Zona Incontrolable, de la mano de Natalia de Pedroso y la Cova dels Òrguens, Centre d'Art con Eduardo Patón.
Han sido hasta ahora cuatro, sumando la presente en La Libre de Barrio de Leganés, la librería asociativa que es mi segunda casa y desde la que he perpetrado casi todas mis acciones en los últimos diez años.
Si tuvieras que elegir una palabra que te definiera ¿cuál sería?
Sin duda curiosidad, porque por mucho que haya pensado en ocasiones que determinado material o determinada posibilidad o texto me agota el camino, siempre aparece por ahí algún interés más, algún texto, algún autor, algún material o alguna tendencia estética que me permite proseguir.
He llegado a un punto en el que he pasado de desconfiar de poder continuar con cosas nuevas a estar seguro y tranquilo de que, en algún momento, por algún lado, aparecerán unas ganas de mirar.
Creo que la mirada de curiosidad, que es algo muy común en todas las personas, permite disfrutar de una vida que, aunque pueda tener limitaciones materiales, no tiene ningún tipo de limitación en lo estético en lo intelectual o sensible.
¿En qué red social recibes más interacción con tus seguidores y te sientes más cómodo?
Tengo que reconocer que, aunque no me gusten demasiado las redes sociales, me han permitido a la vez, con su doble filo, conocer y que me conozcan poco a poco. Mis primeros contactos con el mundo del arte, galeristas, coleccionistas y compañeros y compañeras artistas provienen de Instagram.
Sin embargo, en todas mis exposiciones hago al menos un taller gratuito y en abierto para estar con la gente. Es muy satisfactorio compartir el tiempo y los procesos creativos in situ.
Todos estos talleres terminan con una exposición efímera donde los asistentes comparten sus trabajos y luego se los llevan a casa.
¿Es fácil ser artista? ¿Cuánto tiempo te lleva realizar una obra?
Trabajo de manera impulsiva, tratando de encontrar momentos ya que no me dedico de manera absoluta a la escultura.
Son momentos un poco frenéticos pero muy agradables, donde trato de sacar series de piezas lo más extensas posibles para hacer pruebas de material que me van dando claves, pautas o posibilidades para documentar. De ahí surgen, si estoy leyendo algún texto, algún tipo de conclusión o de representación para poder explicarlas.
Para todos los artistas que nos están leyendo y que actualmente presentan un bloqueo artístico, ¿qué consejo les darías?
Para mí, las mejores maneras de desbloquearme son: por un lado, continuar leyendo, tener una lista de deriva lectora que permita ir añadiendo posibilidades, teorías o conceptos que representar con el material. Por otro lado, indagar en los propios materiales; saltando de uno a otro.
La lectura y trastear con otros materiales en largas series, sin pretensiones de que configuren un trabajo estable, permiten rebajar el listón de demanda.
Muchas gracias Carlos por la entrevista. Invitamos a los lectores a seguirte de cerca en:
Instagram: @carlosgtorrico
Facebook: Carlos G. Torrico