Kintsugi, el arte japonés que acentúa y celebra los defectos
- by MundoArti
- 28/03/2019
Hoy en Mundoarti nos hemos propuesto hablaros de un término procedente del arte japonés que acentúa y celebra los defectos: el Kintsugi (carpintería de oro en japonés), también llamado kintsukoroi (reparación de oro en el mismo idioma).
Esta técnica consiste en rellenar las grietas o unir piezas de cerámica con barniz de resina espolvoreada principalmente en oro (aunque también se puede utilizar plata o platino). Se emplea para arreglar objetos de cerámica que se han roto o que presentan fracturas, confiriéndoles así una segunda vida. El resultado final es de una belleza sorprendente, y en muchas ocasiones pueden terminar por convertirse en elementos de decoración.
Sus orígenes se remontan a finales del siglo XV y principios del siglo XVI. Según su historia, el shogun (emperador) Ashikaga Yoshimasa envió a reparar a China un hermoso tazón que debía ser utilizado para una ceremonia de té. No contento con el tosco resultado, fue en busca de artesanos japoneses que hicieran un trabajo mejor. Como consecuencia, descubrieron esta nueva forma de reparación de cerámica que terminó por convertirse en un arte. Es curioso el hecho de que algunas personas comenzaran a romper sus piezas de cerámica a conciencia, ya que consideraban que dicha técnica compleja les daba una apariencia aún más bonita. De este modo, se comenzó a dar más valor a piezas antiguas que habían sido reparadas, que a aquellas que nunca se rompieron.
Lo maravilloso de este arte, aparte del diseño final donde no hay dos iguales (depende de la rotura o grieta en cuestión), es la filosofía que subyace en el mismo. En lugar de dar por sentado que una pieza rota o con imperfecciones no va a volver a ser tan bella como antes, se repara con la intención de darle un toque especial que le confiera una imagen más sofisticada que antes. Es decir, algo que es frágil y se rompe con facilidad puede recuperarse y convertirse en una versión mejorada de lo que era antes.
Es un término que se ha hecho muy popular en occidente por transmitir la idea contraria a la creencia popular de que los defectos no son ni pueden ser bellos y por tanto tienen que ocultarse. O de que algo roto o bien ya no sirve o si lo hace no será tan bueno como antes. El Kintsugi demuestra que estos defectos y roturas también pueden ser bellos y ensalzarse. Aplicado a las personas, es una visión muy positiva sobre nosotros mismos, que ayuda a aumentar nuestra autoestima al considerar que los “defectos” y las cicatrices de la vida pueden hacernos brillar más.
Gracias a Joseph Weaver ( @josephcweaver en instagram) por las fotos.
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