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Compra arte que enamore
Nunca he escuchado el aullido de un lobo
El uso de reflejos, capas translúcidas y perspectivas ambiguas en la obra de Richard García genera una espacialidad inestable, casi ilusoria, donde los límites entre interior y exterior, entre lo natural y lo artificial, se vuelven porosos. Su lenguaje visual dialoga con la estética del render arquitectónico y los fallos del procesamiento digital, construyendo un entorno que parece habitar los márgenes de la memoria o de una simulación incompleta.



