Eloi Biosca, escultor experto en desnudo masculino.

Qué interesante, y cuánta verdad hay en esta entrevista a Eloi Biosca, un escultor muy profesional, que nos habla con total sinceridad, de su trayectoria hasta la fecha, siendo un gran representante del desnudo masculino. 

Cuéntanos sobre ti.

Ahora me dedico exclusivamente a la escultura. Empecé trabajando con técnicas de modelado tradicionales, principalmente barro, pero desde hace tres años me estoy formando y estoy investigando en el ámbito digital, es decir, el modelado por ordenador. Creo que es un campo de experimentación innovador que ofrece muchas posibilidades creativas que aún están por descubrir. Centrándonos en el estilo figurativo me parece una revolución comparable a la que en su momento supuso la fotografía en relación al retrato a mano. En este sentido, de la misma manera que los artistas han sabido crear una disciplina artística nueva a partir de los resultados de un simple artefacto como es una cámara fotográfica, pienso que eso es ahora lo que tenemos que desarrollar con las posibilidades de los ordenadores, los escáneres y las impresoras 3D.

En este punto creo que, si bien el diseño por ordenador está muy avanzado a nivel tecnológico, no así su traslación a la impresión 3D, especialmente si se trata de hacer figuras humanas con realismo, es decir, con detalle. Las impresoras 3D actuales no están diseñadas para imprimir esculturas de este tipo y si bien pueden hacerlo, los resultados no son lo buenos que uno querría. Las dificultades aumentan cuando se quiere conseguir una escultura de tamaño mediano y más aun de tamaño natural o grandes dimensiones. Mi última creación ha sido el diseño por ordenador de un desnudo masculino titulado “Què mires?” (en castellano ¿Qué miras?), y su materialización en una impresora 3D a tamaño natural y de una sola pieza. Al hablar de estos tamaños solo se puede realizar en una impresión FDM, es decir por capas de filamento de plástico fundido. En este tipo de impresión el resultado final hace visible estas capas, pero a diferencia de muchos artistas que intentan disimularlas con pulidos o enmasillados yo creo que es importante que se vean porque es su textura propia y original, aunque ello implique que el público no lo acepte con agrado. Es en este y otros aspectos donde los artistas tenemos que encontrar la manera de hacer evolucionar el gusto de la gente hacia nuevos parámetros.

¿Participas en concursos de arte? ¿Has ganado alguna vez o quedado finalista?

No. En general no me gustan los concursos. Odio someterme a los criterios de unos pretendidos expertos en arte que se creen autorizados para juzgar obras en base a prejuicios, gustos personales, preferencias, modas, etc. Al mismo tiempo, están generalmente patrocinados y organizados por instituciones públicas o semi-públicas reacias a aceptar obras que sean transgresoras o traspasen lo “políticamente correcto”. En mi caso, al trabajar con el desnudo masculino y el erotismo me veo ya descalificado por principio.

¿En qué red social recibes más interacción con tus seguidores y te sientes más cómodo?

A causa de la censura tengo enormes dificultades para mostrar mi obra en Facebook, Vimeo e Instagram. Esto limita y dificulta mi interacción con mis seguidores. En más de una ocasión me han eliminado publicaciones e incluso mi perfil. Por suerte dispongo de una web personal donde tengo libertad para colgar lo que quiero. En este sentido, debo agradecer a Mundoarti el no haber puesto pegas a la publicación de mi obra.

¿Recibes mensajes de agradecimiento de personas que ven tus obras? ¿Crees que estás cumpliendo tu cometido?

Durante la época que me dediqué a la fotografía y el video tuve muchísimas visitas a mi web personal y a Vimeo. También ahora con la escultura. Muchas personas aún me envían comentarios de alabanza o agradecimiento por el placer que les suministro y por el hecho de dignificar el desnudo masculino sexualmente explícito. Soy nudista y algunas veces en la playa me han venido a saludar admiradores, generalmente extranjeros, que me habían reconocido por internet. Es muy gratificante. Recuerdo especialmente con cariño el comentario de una chica lesbiana que me dijo que nunca antes de ver mi obra había conseguido valorar el cuerpo de un hombre desnudo y que gracias a ella había podido encontrar la belleza en él.

¿Es fácil ser artista? ¿Cuánto tiempo te lleva realizar una obra?

Es fácil o difícil en función del nivel de autoexigencia que uno se imponga. Cuanto más alto te pongas el listón más esfuerzo tendrás que dedicarle, tanto en horas de trabajo, como en formación e investigación, como en afrontar la incertidumbre de no saber cómo solucionar un problema, de no saber por dónde tirar y tener que remontar situaciones de bloqueo. Por no hablar de disponer de abundantes dosis de tolerancia a la frustración, y a esto último me refiero a la necesidad de tener fuerzas para volver a repetir o a empezar de cero porque la obra se ha estropeado, se ha roto o no te gusta como ha quedado. Todo esto son situaciones que muchas veces se producen en un proceso creativo y que el artista debe afrontar si quiere seguir siéndolo.

También es fácil o difícil en función de la necesidad o la presión que te autoimpongas por innovar. Cuando uno consigue encontrar, después de mucho esfuerzo, su propio estilo, su propio lenguaje o la manera de trabajar que le haga sentir más cómodo, las dificultades disminuyen; pero aumentan si a uno le gusta explorar campos nuevos, adentrarse en territorios desconocidos sin mapa ni brújula y piensa como Shekar Kapur (director de Elizabeth) que lo más imaginativo se basa en el no saber. Que la creatividad se tiene que construir sobre el vacío. Que si alguien sabe cómo hacer las cosas pierde el sentido de hacerlas y que el acto de creación tiene que ser un descubrimiento. Yo pienso como él y por eso me complico la vida.

Por otro lado, y al margen de las dificultades que entraña todo proceso creativo podríamos hablar de las múltiples razones por las cuales dejar de ser artista y de las que habla en uno de sus libros Alberto Adsuara. Todas ellas muy razonables, muchas de las cuales derivadas del trato, o más bien maltrato, con el mercado de arte, las exposiciones, las galerías, los coleccionistas, los museos, las instituciones, etc.

Recuerdo especialmente con cariño el comentario de una chica lesbiana que me dijo que nunca antes de ver mi obra había conseguido valorar el cuerpo de un hombre desnudo y que gracias a ella había podido encontrar la belleza en él.

Què mires de Eloi Biosca

¿Has realizado alguna exposición? En caso afirmativo indícanos las exposiciones realizadas y sus correspondientes lugares.

He realizado dos exposiciones internacionales, una en Seattle en el 2020 “Seattle Erotic Art Festival” y otra en Londres “Erotic Art London 2022”. En Cataluña he expuesto dos veces en Sitges en exposiciones colectivas organizadas por la asociación LGBT local. Actualmente tengo una exposición virtual en Mundoarti (VER AQUÍ).

Tengo grandes dificultades para exponer en locales públicos o que dependen de instituciones a causa de la censura que aplican a las obras que tocan el tema del desnudo masculino, especialmente si es explícito sexualmente. En general hay un rechazo a permitir que se muestre el pene, más aún si está en erección. En este último caso la censura es automática sin necesidad de que aparezca dentro de una composición que muestre un acto sexual entre dos personas. El desnudo masculino explícito se considera erróneamente como pornografía cuando en mi opinión la diferenciación entre erotismo y pornografía es muy discutible y no la comparto. Creo que un arte erótico mutilado de la capacidad de excitar mínimamente al espectador es un arte malo y no es erotismo, pero desgraciadamente desde el punto de vista de la moralina conservadora y reaccionaria se considera algo sucio y vicioso, y por otro lado desde la izquierda se me acusa de convertir el cuerpo del hombre en un objeto sexual.

Al mismo tiempo, estamos en una sociedad mojigata en la que nadie se atreve a traspasar determinadas líneas por miedo a las reacciones y las críticas que se puedan suscitar. Los comisarios o técnicos de cultura de las instituciones temen por sus puestos de trabajo, ya que una exposición de este tipo les puede acarrear problemas laborales con sus jefes. Los cargos políticos temen por las consecuencias electorales que determinadas opiniones publicadas puedan provocar a largo plazo.

Tenemos entendido que estás trabajando en otra obra. ¿Podrías adelantarnos algo?

Estoy trabajando en tres obras al mismo tiempo. El común denominador de todas ellas es la voluntad de expresar y mostrar a través del desnudo emociones, situaciones o relaciones que se dan entre dos personas, basándome fundamentalmente en hechos concretos que yo he vivido y que forman parte de mi biografía, así como en aspectos que conozco de mis amigos y familiares. Huyo de temas genéricos o que se basan únicamente en composiciones individuales con poses clásicas que, aunque son bellas y elegantes no expresan nada.

¿Algún dato curioso sobre ti?

El hecho de ser un artista que trabaja el desnudo y haber tenido la oportunidad de dar la asignatura de historia del arte en bachillerato durante muchos años me ha permitido dar a mis alumnos una perspectiva diferente que normalmente no aparece en los contenidos ni en los materiales pedagógicos más usuales. Pienso que, en estos materiales, aunque el desnudo artístico está bien representado, sin embargo, no está tratado con la suficiente profundidad, y creo que es una pena puesto que, por poner un ejemplo, la manera como se ocultan, se muestran o se resaltan determinados aspectos de un cuerpo desnudo, así como los temas que se tratan o se censuran nos dan mucha información y nos permiten reflexionar no solo de la época sino también de nuestros tabús y nuestras preferencias actuales.

Èxtasi de Eloi Biosca

¿Te dedicas en exclusividad al arte o es un hobby?

Exclusividad y hobby no son forzosamente términos excluyentes, como tampoco lo son en relación con la profesionalidad. En mi caso dedico a la escultura más de 8 horas diarias, sábados y domingos inclusive, siendo un jubilado reciente con una buena pensión y por ello con el privilegio de no tener que ganarme la vida con mi trabajo.  Nunca, ni ahora ni antes de jubilarme, he tenido necesidad ni interés en hacerme una carrera profesional en el mundo del arte ni he buscado vivir de él. Lo cual me ha dado mucha tranquilidad y libertad. Antes de jubilarme fui profesor de enseñanza secundaria y ya compaginaba mi trabajo con mi actividad artística, dos aspectos que en muchas cosas no dejan de ser complementarios, aunque no lo parezca. Para mí la escultura, y antes la fotografía y el vídeo, no son ni han sido simples aficiones para matar el tiempo, sino que son algo a lo que me dedico y me he dedicado en cuerpo y alma, porque quiero y sin tener claro por qué lo quiero, así de sencillo; paso de hurgar en interpretaciones psicológicas a una supuesta necesidad de hacer arte, aunque las intuyo.

 

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