Entrevista a Juanma Velasco, escritor y emprendedor valenciano
- by Yasmina Zarcos
- 06/06/2017
Juanma Velasco, nacido en Benicassim (Castellón), es un escritor profesional que hace siete años decidió ejercer en exclusiva esta profesión que le apasiona.
En 2006 publicó su primera novela Sólo los hombres sin patria pintan lobos de mar. Obra a la que le han seguido otras como A ti Mateo es a ti, La Muralla de nadie o Temblores para un República. También es autor de un poemario, recopilación de sus 100 mejores sonetos, titulado Sonestos y de un poemario fotográfico, que poetiza algunos de los ecosistemas de la provincia castellonense, titulado Fotosonetos de la provincia de Castellón.
Desde 2008, el escritor colabora como articulista de opinión, en el periódico Levante de Castelló.
Asimismo, en este último año ha participado en diversos concursos literarios consiguiendo ganar alguno de ellos como: XVII Certamen de Narrativa Corta “Villa de Torrecampo” con “La angustia del plano inclinado”, Premio Especial del Público de Certamen Poemas sin Rostro, XXII Certamen Literario “Villa de Ermua” de poesía, X Certamen Literario de Cartas de Amor San Vicente de Alcántara o IV Certamen de "Relats Erotics" convocado por la editorial Neurosi entre otros.
Novelista, columnista, ensayista y poeta, Velasco es autor de una extensa obra literaria compuesta por diferentes géneros.
Por otro lado, Juanma Velasco es el impulsor de www.teescriboloquequieras.com una web que ofrece textos a medida tanto a empresas como particulares.
¿Cuándo te diste cuenta de que querías ser escritor?
No hay una epifanía, una caída del caballo literario. Sucedió gradualmente, en un proceso de aclimatación personal. Hace veintialgunos años que escribí mi primera novela, casi tan mala como Hannibal Lecter, pero después llegaron ocho más y algunas ya no fueron tan malas, alternaba un trabajo acomodado de ocho a tres con la literatura. Pero cuando la novena revoloteaba, convine con mi empresa de siempre que hasta aquí, hasta allí, que quería ser escritor a tiempo completo, dejar de ser un diletante. Hace ya siete años de aquel cisma. Y algunos finales de mes me arrepiento...
Eres novelista, columnista, ensayista, poeta… si tuvieras que elegir un género, ¿cuál sería? ¿Por qué?
Escoger es desestimar y no está el mercado para desechar. Creo que un escritor, en el más amplio sentido de la palabra, debe gestionar más de un territorio literario, a poder ser casi todos, de lo contrario sólo es eso, o novelista, o poeta, o ensayista o lo que quiera que cultive, pero nunca escritor.
Si me preguntas qué género es mi protegido, debo inclinarme por la novela, porque esa inmersión en un universo paralelo construido por ti otorga un añadido de riqueza emocional, un alter ego del que nadie sabe de su existencia. Construir una novela es un viaje interdimensional a una galaxia bautizada a tu nombre.
¿Cuáles son tus referentes literarios?
Los escritores, aquellos que desvisten el lenguaje, aquellos que lo destripan, que lo embellecen, que lo malean, mucho más que los novelistas. Y es que no es lo mismo ser escritor que novelista.
No hay demasiados autores en los que converjan el buen escritor con el buen novelista. Por separado sí, incontables, pero cuando ensamblan quedan pocos y no siempre en todas sus obras.
Citaré a Umbral, un dios de la prosa, a García Márquez, a Saramago. Escritores cimeros pero no novelistas excelsos, más bien al contrario esto último. Soy incluso más de obras que de autores, como lo soy más de canciones que de intérpretes.
Actualmente te dedicas profesionalmente a la escritura. ¿Cómo ha sido el proceso hasta conseguir dedicarte de manera profesional y única a la escritura?
Con penurias, como todo escritor de trinchera que se precie. A través de la diversificación. Escribiendo para mí, pero más para otros. Huyendo, mediante la autopublicación, de las editoriales pequeñas y medianas que le acaban dando un euro por libro al autor y aun así éste debe financiar, en algunos casos, parte de la edición.
En definitiva, aprendiendo a cincelar cualquier material que tenga como átomo la palabra escrita y volviéndome, por necesidad, lo versátil que no era cuando decidí vivir en escritor plenamente.
Eres el impulsor de la web www.teescriboloquequieras.com que ofrece textos a medida para empresas y particulares, ¿por qué decidiste emprender este proyecto? ¿Qué destacarías de esta iniciativa?
La iniciativa surgió cuando me percaté de que no me sería dado el "don comercial" de la exclusiva de vivir de la literatura a pesar de haber escrito una novela con unas críticas inmejorables (que incluso llegó a contar con el respaldo, manuscrito, del mismísimo Papa Francisco), "A ti Mateo, es a ti" la primera de mi época profesional y acceder a alguna editorial grande con ella de la mano de la entonces mi agente literaria.
"No es de amplio espectro", vinieron a decirme, pero el problema no era la novela, sino el amplio espectro, esa domesticación que se pretende de las masas, también, subliminalmente, a través de la literatura. Fue ahí cuando me pregunté ¿qué sabes hacer bien? Escribir, fue mi respuesta. Y abrí www.teescriboloquequieras.com. Y gracias a esa propuesta he sobrevivido hasta hoy.
¿Lo destacable de este espacio web? Sin duda la impensable versatilidad que me ha concedido. Puedo escribir sobre cualquier asunto, bajo cualquier ropaje, cualquiera, que tenga a la palabra como materia prima. Ha sido mucha la casuística de los encargos y eso me ha aportado dinamismo y agilidad. Y no es arrogancia; es, sencillamente, verdad.
¿A cuántos concursos literarios te has presentado a lo largo de tu trayectoria? ¿Qué opinión te merecen estos certámenes?
Es impúdico que cite la cifra de certámenes. Sólo hace 15 meses que me dedico a presentarme a certámenes. En este casi primer semestre transcurrido de 2017, llevamos (y lo escribo en primera persona del plural porque sin mi ángel de la guarda literario que reside en Asturias no podría hacerlo), suman más de 180 los certámenes presentados. Con Asun, yo sólo me tengo que dedicar a escribir, del resto se ocupa ella. Su meticulosidad metodológica contrapuesta a mi anarquía creativa, prolíficamente creativa. Ella me ordena y además, me corrige. Implacablemente. Sin ella, sin su aliento, no hubiera resistido como escritor.
En cuanto a la opinión que me merecen los certámenes, el término que me viene es selva; heterogénea, donde alternan lo exquisito con lo primario, la pulcritud en algunos jurados contra la veleidad inclasificable de otros. Lo local y lo endogámico contra lo universal. Los certámenes, su idiosincrasia no dejan de ser un reflejo de lo variopinto de la condición humana.
Has ganado varios concursos literarios, ¿qué ha supuesto para ti alzarte ganador?
Ganar es algo único, y la frase no pretende incurrir en lo simple. De entre varios centenares de participantes (por lo general) el jurado escoge el tuyo, subjetivamente. En ocasiones por unanimidad. Y como un jurado no deja de ser una colectivización del subjetivismo, la mancomunidad de la incertidumbre, el que alguien te llame por teléfono y te diga "es usted Juanma Velasco, le llamo desde el Ayuntamiento de..." supone una descarga de excitación que da por bueno tanto esfuerzo creativo orientado a los certámenes literarios.
¿Cuál es el mejor consejo que te han dado a lo largo de tu carrera?
"Escribe desde ti y para ti" Sólo que cuando lo aplicas en plenitud, las editoriales te dan la espalda porque la mayoría de las tenidas como prestigiosas (por su volumen de ventas), publican producto y no literatura. Un producto tamizado y edulcorado, sin garra en demasiadas ocasiones. Escribir de uno para uno, sin pensar comercialmente en el destinatario siempre ha desempolvado mi mejor literatura.
¿Qué consejo le darías a un escritor que está empezando? ¿Y a un escritor que se siente frustrado?
Suelo huir de aconsejar. Tampoco voy a incurrir en la tentación esta vez. Sin embargo sí puedo solidarizarme en la frustración del escritor de fondo. La he experimentado en incontables e inconfesables ocasiones. Diría que es hasta necesaria para hacer aflorar de nuevo lo más íntimo, lo más intenso de alguien que hace de la palabra, su oficio o su proyección, o sus bocanadas de vida.
Embestir, con la cabeza gacha, cuando llueve al revés, de suelo a nube. En terminología más contemporánea se le denomina resiliencia, y es imprescindible para no desfallecer.
Esperamos que os haya gustado. Os dejamos también la entrevista realizada al escritor novel vizcaíno Jorge Cabanellas.