ENTREVISTA A LA ESCULTORA EVA GOMORE
- by MundoArti
- 27/03/2024
Cuéntanos sobre ti.
Nací en Málaga en 1980. Durante años me he considerado ceramista; ahora mismo diría que soy artista visual. Mi primera formación fue como Técnica en Alfarería y luego como Técnica Superior de Cerámica Artística. Completé mis estudios asistiendo a talleres con maestros como Ramón Fort, Wally Hawes y Jose Antonio Sarmiento, donde aprendí sobre cocciones experimentales e Hikidashi (sacar al rojo). Durante mi estancia en Irlanda, asistí en Crawford College of Art and Design de Cork al curso Advanced Pottery, donde recibí el Premio Estudiante en la categoría de cerámica de dicha Universidad.
Tras sentir la necesidad de ampliar mi vocabulario expresivo, muchos años después, en 2022, me titulé como Técnica Superior en Técnicas Escultóricas en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Pamplona. Esto me ha abierto un mundo de materiales y recursos que ahora utilizo en combinación con la cerámica. También, poco a poco, con calma y cuando puedo, voy completando el Grado en Bellas Artes tomando clases de materias que me interesan, como Fotografía o Historia del Arte. Lo hago por placer, sin presión ni pretensión de títulos. Aprender lo que me gusta es un regalo que me hago a mí misma. Dominar lenguajes es tener herramientas y por tanto opciones de comunicación. Esto no significa que los uses todos, pero tenerlos como conocimiento, creo que nunca está de más.
He sido docente de talleres de cerámica durante 12 años para el Excmo. Ayuntamiento de Málaga, de Torrejón de Ardoz y de Madrid. Tengo pendiente de fecha de inicio el taller de cerámica del Excmo. de Benalmádena.
En octubre de 2022, rompí con todo, decidí que quería cumplir mi sueño de vivir en el campo y dedicarme exclusivamente a crear, así que reconduje mi vida hacia este objetivo. Encontré un lugar fantástico en el Parque Montes de Málaga, me trasladé desde Pamplona y actualmente resido y trabajo en este cortijo-taller. Mi propósito este año es preparar mi primera muestra individual, pues, aunque regularmente participo en exposiciones, hasta ahora siempre han sido colectivas o de certámenes en los que soy seleccionada.
¿Qué disciplina artística trabajas?
Me muevo en lo escultórico con una reciente tendencia a la expansión por el espacio, lo que incluiría el arte instalativo. Sin duda alguna, mi mente trabaja en tres dimensiones y hasta hace poco he sido escultora en el sentido clásico de crear piezas de bulto redondo. Pero la tendencia que ahora mismo rige en mis creaciones (sobre todo próximas) es más híbrida tanto en lo técnico-material (cerámica, piedra, resinas, fotografía digital) como en lo espacial, donde se necesita suelos, paredes y techos.
Así que diría que me sitúo entre la escultura y la instalación.
En una frase los propósitos de tu trabajo:
Pues diría que parto de una reflexión individual que conecta con lo ancestral, con la intención de crear una reflexión colectiva que mejore el futuro, o al menos, contribuya a analizar y a sobrellevar el presente.
Añadiría que trabajar con tierra, piedras y cerámica en plena era digital palia mi necesidad personal de contacto con lo real y lo material. La combinación con elementos y procesos contemporáneos me ayuda a potenciar el anacronismo pretendido de mis obras. Me gusta subvertir la cronología y alternar materiales en un juego que me permite crear una especie de arqueología del futuro.
¿Alguna influencia en la familia? ¿Algún familiar que ya fuera artista?
La mejor influencia que tengo es la conexión con la tierra gracias al legado de mis abuelos y bisabuelos, y que mis padres han mantenido. No eran artistas, eran agricultores y ganaderos. He crecido pasando los veranos recolectando almendras y el invierno cogiendo aceitunas. He vivido la tala, la quema, las riadas, las sequías, las buenas y las malas cosechas. La infancia en el cortijo familiar y la vida que allí hacíamos creo que es lo que más huella ha dejado en mí. Aunque normalmente vivíamos en Málaga capital, durante las recolectas nos instalábamos allí, donde llegar ya era una aventura entre carriles y barrancos. Era un cambio radical, no había luz eléctrica, ni vecinos, ni tiendas, ni amigos, nada más que mis dos hermanas mayores y mis padres, con suerte algún perro despistado que aparecía y se quedaba porque yo le daba de comer. Allí jugaba con sartenes viejas, palos y barro y, además, escuchábamos la radio y leíamos.
Durante la adolescencia odié aquel lugar que me apartaba de la ciudad y por tanto de mis amigos, pero con el paso de los años me siento afortunada por haber tenido aquellas experiencias que siento que desde hace dos o tres años afloran y se manifiestan en lo que hago. Como anécdota, el único artista de mi familia es el hermano de mi madre, cantaba flamenco y tocaba el violín en los verdiales cuando había fiestas por aquellos cortijos. Fue un incomprendido, le gustaba la música y la poesía en un medio rural y sin posibilidad de estudios, se marchó a Madrid a aprender a tocar el piano y no volvió nunca más. A mí me quedó el gusto por el flamenco y los verdiales, pero cantar… mejor hago esculturas…
Háblanos de la obra en la que estás trabajando ahora y la técnica que empleas.
Ahora mismo estoy preparando una pieza especialmente para la Bienal de Cerámica de Carouge en Suiza. Fui seleccionada en la edición anterior y me gustaría participar de nuevo en esta. Se trabaja sobre un tema propuesto, lo que siempre es un reto, aunque me saca un poco de mi temática. Al final, intento llevarlo a mi terreno.
Estoy preparando un trabajo compuesto por ocho piezas, que esta vez sí serán exclusivamente de cerámica (gres). He realizado un molde del que extraigo reproducciones por apretón que voy retocando y modificando. Me interesaba destacar el aspecto serial en la obra, por eso he elegido la reproducción con moldes.
En cuanto a acabados, seré fiel a mi método de trabajo y usaré tierras y arcillas que yo misma recojo y preparo. Experimentaré acabados y mezclas directamente sobre las piezas definitivas. No me interesa aplicar un esmalte o engobe concreto y conocer el resultado de antemano. Prefiero la sorpresa al abrir el horno. Es un trabajo que requiere algo de virtuosismo técnico en el conformado y total libertad, experimentación y albedrío en su acabado.
Cada vez más, pretendo divertirme cuando creo. Esta pieza, además, trata sobre hacer que todos los días de tu vida sean una fiesta. Estoy usando gres blanco y coceré a 1250°C. (No puedo contar más).
¿Participas en concursos de arte? ¿Has ganado alguna vez o has quedado finalista?
Sí, me gusta participar. Creo que es una forma más de visibilizar tu trabajo. No lo tomo como una competición, la verdad. Nunca he pretendido ganar, ser seleccionada ya lo considero todo un éxito. Participar en la exposición colectiva, conocer a otros artistas, creo que todo son ventajas; si además tienes suerte y ganas, pues fantástico, pero no es la intención.
El año pasado gané el primer premio del Certamen Nacional de Artes Visuales Huellas Art Digital, y hace muchos años el Certamen Mujer Escultora Ciudad de Málaga. Como seleccionada últimamente, llevé las dos últimas ediciones del Concurso de Cerámica y Alfarería de la Rambla en Córdoba, el Concurso Internacional de Cerámica de Carouge en Ginebra y esta última edición de la Bienal de Cerámica Angelina Alós de Esplugues de Llobregat, Barcelona.
¿Cuáles son tus dos obras favoritas? ¿podrías explicarnos que significan?
Tierra Menstrual y la instalación Eternity.
Tierra Menstrual es una escultura diseñada para ser colgada, realizada en cerámica gres a 1250ºC, resinas, tierra natural, pinzas de madera y cable de acero. Concebida en un lenguaje simbólico, donde la forma y la materia se utilizan para representar sangre, fluidos y ropa interior. Esta escultura está hecha de tierra real, en una analogía del proceso menstrual con el poder de la tierra para germinar. Un proceso vital femenino oculto y tabú durante siglos, que se muestra al público en forma de braga colgada, como si de un patio de vecinos se tratase, con el objetivo de hacerlo visible. En Tierra Menstrual confluyen origen, esencia y vida, y sale a la calle a airearlo.
Eternity está formado por 3 esculturas y 6 fotografías digitales. Es una propuesta de estética rotunda y prehistórica creada con cerámica contemporánea y fotografía digital.
La parte escultórica de Eternity es una reflexión sobre nuestros orígenes y sobre el deseo de permanecer, pese a lo irrevocable de nuestro propio fin. Este conjunto me gusta especialmente porque en él se conjugan 3 estados de la misma materia (piedra, tierra y cerámica), la divinidad de lo vertical, lo primigenio de la forma del huevo, la eternidad de la horizontalidad y la humanidad del objeto libro, que es la historia escrita por el ser humano en su afán de recopilar sus experiencias desde el principio de los tiempos, dando lugar a las diversas culturas. Hay un simbolismo material, formal y conceptual con una estética muy depurada, sin decoración ni artificios, que, para mí, repasa todo lo que somos.
Durante mi estancia en Irlanda, asistí en Crawford College of Art and Design de Cork al curso Advanced Pottery, donde recibí el Premio Estudiante en la categoría de cerámica de dicha Universidad.
Vemos aquí las obras "Impacto de agua en planeta seco (2023)", y "Bowl of time (2023)".
¿En qué red social social recibes más interacciones con tus seguidores y te sientes más cómoda?
Uso solamente Instagram. Tengo que reconocer que me da muchísima pereza publicar, pero que es una herramienta extraordinaria para conocer galerías, convocatorias, tendencias y estar informada de lo que ocurre. Podéis ver más accediendo aquí
¿Recibes mensajes de agradecimiento de personas que ven tus obras? ¿Crees que cumples con tu cometido?
Sí, a veces, sobre todo en persona, lo cual me agrada mucho más. La última exposición en la que he participado, junto a Madeleine Edberg, Paco Aguilar y Nanon Morsnik, era parte de un proyecto para acercar el arte contemporáneo al mundo rural. Teníamos que crear arte vinculado al territorio de cada localidad en la que se desarrollaba. Como se desarrolló en Casabermeja, lugar donde están mis orígenes, se me hizo ineludible la referencia histórico-familiar, y presenté una instalación llamada "5,28, 548" en la que abordo el tema del acceso a la cultura en el mundo rural.
Cuando el territorio condiciona tus aspiraciones y metas, pero a la vez te ofrece un sustento seguro, las personas que lo habitan se enfrentan a un gran dilema, la duda entre permanecer o marcharse. Este trabajo parte de la narración personal de las aspiraciones de mi propia madre, pero podrían ser de cualquiera. Mis abuelos, con los primeros hijos, acordaron que pasara un maestro a darles clases y aprendieron algo a leer y escribir, pero ella fue la pequeña, y además mujer, tenía que ayudar en casa y no había tiempo para letras. Desde el remoto cortijo, ella desde niña, siempre planificó su huida hacia el pueblo, donde había libros y maestros, escuela y niños que aprendían, tenía un plan: “Huiré con el mejor cerdo del corral, lo venderé y empezaré una nueva vida llena de letras”. Esta historia siempre me fascinó y ahora que he tenido oportunidad, la he materializado. "9, 28, 528" es un homenaje a todas las mujeres que no pudieron estudiar ni recibieron formación por el simple hecho de ser mujeres. A ellas, que perdieron la oportunidad de realizar sus sueños por tener que ocuparse del cuidado de la familia desde niñas. Presentarla en un pueblo, en la Casa de la Cultura de Casabermeja, ha hecho que conecte con la sensibilidad de muchas personas mayores que pasaron por lo mismo, o no tan mayores, pero que han reconocido la historia en sus propias madres y abuelas. Me preguntaron mucho por el título, que por cierto son los kilómetros que hay desde el cortijo hasta el pueblo, desde el pueblo hasta Málaga y desde Málaga a Madrid con puntos suspensivos… en definitiva, son los kilómetros que separan a una persona de sus sueños.
Si tuvieras que elegir una palabra que te definiera ¿cuál sería?
Cabezona. Y si tuviera que elegir un animal, sin duda sería la tortuga; y si fuera un árbol, sería un olivo.
¿Te dedicas en exclusividad al arte o es un hobbie?
El punto de inflexión sobre este tema fue cuando realicé el traslado de Pamplona a Málaga en octubre de 2022. Vine con la total intención de montar el taller y dedicarme exclusivamente y en serio a crear. Aunque lo combine con labor docente, al impartir talleres de cerámica, diría que ahora mismo y por fin, sí, me dedico exclusivamente al arte.
¿Influencias de otros artistas o movimientos artísticos?
Los movimientos de los años sesenta son los que más me atraen. La forma en que se relacionan las esculturas con el espacio y el espectador que aporta el minimalismo, y en general todo el Land art y los earthworks. Richard Long, y particularmente la figura de Robert Smithson en su concepción del tiempo, la forma de relacionar la obra con el pasado, el uso del concepto de entropía, el modo en que introduce el territorio y el paisaje en la galería con sus non-sites; de R. Smithson me fascina todo.
Cuando me formaba como ceramista, tuve otros referentes, más especializados y clásicos, ceramistas con una historia y trayectoria imprescindibles de conocer como Bernard Leach y su lazo con oriente, y Magdalena Odundo y la rotundez de sus formas. Entre las ceramistas españolas, admiro el trabajo de Madola y Pepa Jordana.
¿Qué supone para ti MundoArti? ¿Te ha ayudado?
MundoArti es un escaparate de lo que está ocurriendo. Es una suerte contar con plataformas como esta. Gracias a MundoArti, he tenido conocimiento de convocatorias en las que participar y de exposiciones que visitar. Es, sin duda, una herramienta de referencia, de consulta y de conexión entre los que nos movemos en este ámbito.