Entrevista al cómico valenciano Óscar Tramoyeres “Es fácil hacer reír si sabes cómo”
- by Rocío Saez
- 27/08/2016
Podríamos describir a Óscar Tramoyeres como un cómico cercano y accesible, para todos los públicos. En sus espectáculos consigue que el público disfrute y se ría de las cosas cotidianas de la vida. Pertenece a la fructífera generación de cómicos “Valencia Comedy” con la que recorre teatros y locales, y también ha trabajado en numerosos programas de radio.
Hoy nos recibe con la alegría que le caracteriza y nos hace reír en exclusiva mientras le entrevistamos.
¿Cuándo te diste cuenta que lo tuyo era hacer reír a la gente?
Yo creo que, de toda la vida, ya nací así. Siempre he sido “el graciosillo” del grupo, de verdad te lo digo, empecé de muy pequeñito haciendo el tonto gratis.
Desde que tengo uso de razón recuerdo que mis amigos me decían – cuéntalo tú que tienes más gracia– y a lo mejor yo ni estaba ese día (ríe), pero ellos insistían – da igual, tu cuéntalo–y yo lo adornaba porque no sabía que había pasado.
¿Y profesionalmente?
No recuerdo exactamente el día, pero fue más o menos el 20 de febrero del año 2000 sobre las 23:15 horas. El primer monólogo que hice. Te explico, me apuntaron mis amigos en un concurso de un pub en mi pueblo y pasé a la final el día 4 de marzo y gané.
¡El primer concurso al que te presentas y lo ganas! ¿Te has presentado a más concursos?
Sí, no los gané todos… ¡hay uno que no! En ese perdí y me ganó Manu Badenes… (sonríe) nos llevamos bien. Me dedico a esto, entre una de las cosas, por Manu Badenes. Cuando estábamos en el concurso, nos juntamos un grupo de los que pasamos a la final y uno con visión de negocio dijo – ¡Si esto lo hacemos por los pubs, podemos beber gratis! – (ríe). Entonces, montamos el grupito de monólogos en valenciano que se llamaba Olla Xunta y, como hobby, empezamos haciendo monólogos por los pueblos. Cada vez teníamos más y más faena, pero siempre como hobby. Un día Manu Badenes me dijo – tú tendrías que intentar hacerlo solo porque podrías vivir de esto– y decidí que sí. Si ganaba lo mismo haciendo monólogos que estando en la empresa donde trabajaba, me lanzaba… y lo he conseguido.
¿Qué te dijo tu madre cuando dijiste que querías ser cómico?
– Pero hijo, “això és precís?” (¿es necesario?), tu madre quiere que estudies para que seas algo en la vida– Hay momentos en los que tienes que tomar decisiones y decir ¡ahora o nunca! Lo que yo no podía hacer era trabajar un jueves hasta las 2:30h haciendo monólogos y a las 5:15h sonarte el despertador para entrar a trabajar a las 6:00h, eso es muy duro. Tenía que elegir una cosa o la otra, y elegí dedicarme a lo que me gusta.
En tus anteriores trabajos como camionero, comercial, colgador de pollos (esto tienes que explicarlo), etc., ¿te han servido de inspiración para los monólogos?
Sí claro, menos el de colgador de pollos vivos porque quiero olvidarlo, pero gracias a vosotras (ríe) seguiré recordándolo… Que quede claro que yo no los mataba ni nada. La verdad que sí, me han surgido muchas anécdotas.
¿Cómo se te ocurren esos monólogos, cual es el proceso? Si lo hay.
El proceso depende del monólogo. Hay monólogos que me han salido porque sí y otros que me he tenido que esforzar más. Ponerte a escribir un monólogo no es sencillo, puede que estés inspirado o estés dos horas para nada. Pongo siempre de ejemplo el monólogo de ir a comprar al mercadona. Éste se me ocurrió estando en la cola para pagar, de repente veo que la chica mete el dinero en un tubo y zup… el dinero se va y me quedé pensando ¿dónde irá? Y me doy la vuelta, miro a la gente y me doy cuenta que está todo el mundo pendiente del tubo. Entonces me fijé en el tipo de gente que estaba comprando, las cajeras…de repente el dín don dín… Me sentí inspirado, empecé a apuntar cosas en el móvil y lo que llevaba esperando en la cola, salió 20 minutos de monólogo. La inspiración te pilla cuando te pilla. No sé si era Picasso el que decía que ojalá la inspiración te pille trabajando.
Entonces tienes muy en cuenta a quiénes van dirigidos tus monólogos para que se sientan identificados.
Claro, si tú hablas de cosas que la gente no tiene ni idea, nadie se ríe. Por ejemplo, si digo…no os ha pasado que estáis ahí en Alfinach o en Picayo, en vuestro jacuzzi, en esa mansión… Hoy en día, no le ha pasado a nadie (sonríe) a no ser que haga un monólogo allí. Por eso, suelo hablar de cosas cotidianas, sobre todo de cosas que me han pasado. Por ejemplo…el de la lista de mercadona porque yo voy con mi lista a comprar, o el de estoy gordo ¿qué pasa?, ahora ya no estoy tan gordo, pero sí, estoy gordo de toda la vida, entonces hablo de las dietas que he hecho… Casi todo es de cosas que me han pasado. O el monólogo de hombres y mujeres en el que hablo de cómo nos comportamos los hombres y las mujeres.
De todos los personajes que tienes, ¿a cuál le tienes más cariño?
Pues no se cual deciros, el que más movilidad me da es el tío Batiste. Me disfrazo de hortelano valenciano, como hacía en un programa de televisión en el que me dedicaba a tirar algún petardito, me metía con el presentador, etc. es el más guay. Pero bueno, he hecho también de detective en una obra de teatro, ¡o de gorrilla! (ríe) El de gorrilla me molaba también, porque me hacía un “porrete” en el pub, pero no de verdad. Ahora lo he tenido que quitar porque ya no se puede fumar en sitios públicos y me han fastidiado el personaje.
¿Un cómico de referencia o del que te hayas inspirado?
Que me inspire, Goyo Jiménez. Aunque hay cómicos muy buenos, que parece se le ocurren las cosas en el momento. Como a todo el mundo me gustan los más profesionales, pero hay muchos profesionales que no te digo yo que no sean dignos de su profesión, pero tienen un humor más complicado o más seccionado, para un público muy concreto. Luego están los cómicos que hacen humor para un sector más amplio, como Dani Rovira, Goyo Jiménez, Leo Harlem, etc. hay muchos que me gustan.
¿Es fácil hacer reír? ¿Qué tipos de reacciones has visto en tu público?
Es fácil hacer reír si sabes cómo… parece el título de un libro. He visto reacciones de todo tipo. Hace poco después de una actuación vino una mujer y me dice – mira, es la primera vez que salgo en 6 meses porque falleció mi marido y has conseguido que me riera–. Para mí eso es muy gratificante. Pienso que el monólogo en realidad es como una terapia, a la gente le hace falta reírse y más hoy en día.
¿De que no harías humor?
No haría humor de cosas que me toquen la moral. Por ejemplo, de política no suelo hacer humor porque cuanto más sé, uyy… más me caliento, veo que nos están tomando el pelo, entonces no es una cosa que me guste. Tampoco haría humor sobre la violencia, sobre la trata de blanca…hay humoristas que lo hacen, pero a mí, esos temas no me llaman.
¿Qué opinas de los políticos?
¿De nuestros políticos? Me descojono si lo veo imparcial. Ahora me fijo en detallitos, te fijas en los colores… el rojo PSOE, azul el PP, naranja ciudadanos, morado podemos ¡tenemos reunidas a las tortugas ninjas!
Poner esto en la entrevista…Para los políticos, no tenéis cojones a hacer unas terceras elecciones, ahí lo dejo.
¿Ante quién te gustaría actuar?
¿Ante quién? Ah, eso lo he cumplido hace poco, cuando actué ante Juan Roig. Hice el monologo de la lista del mercadona, ante el dueño de mercadona. Fue en la falla Convento de Jerusalén. Llevé el monólogo de hombres y mujeres preparado pero claro, cuando estaba allí y vi enfrente a Juan Roig decidí hacer parte del monólogo de la lista del mercadona, y se descojonó, así que muy bien.
¿Te pones nervioso antes de actuar?
Normalmente no. Incluso hay veces que estoy en casa y me cuesta, pienso… ahora me tengo que ir hasta allí súper lejos, pero bueno, una vez llego y me hago un gintonic…tiritititi, yo solo me animo. Es un trabajo muy agradecido, allá donde vas te dicen lo bien que lo has hecho, eso normalmente no ocurre en ningún otro trabajo.
¿Qué consejo darías a los artistas jóvenes?
Que aprendan de todo, porque hay que aprender tanto de lo que está bien como de lo que está mal. Si ves a uno que lo hace fatal tienes que pensar, perfecto ya se lo que no tengo que hacer. Y fijarse en los que lo hacen bien, si hay alguien que te gusta pues intenta seguir lo que ha hecho, pero buscando tu personalidad no imitando, buscando varios en los que inspirarte. Te tienes que meter en el personaje, sin que te de vergüenza, si tú te lo crees la gente se lo cree y si te lo pasas bien la gente se lo pasará bien, es así de simple. La clave se basa en saber transmitir.
¿Se puede tomar en serio a un cómico?
(Ríe) ¡No! ¿Sabes lo que pasa? Que el día que estoy así… con cara más seria, enseguida todo el mundo me pregunta ¿qué te pasa? Y no me pasa nada, a lo mejor no me apetece reírme, o estoy más serio y ya está, lo mismo le estoy dando vueltas al último fichaje del Valencia. También los días que me cuesta más actuar o hacer reír a la gente son esos días de bajón que todos tenemos.
¿En esos momentos ha pasado que no ha habido risas por parte del público?
Si…y sin embargo he actuado con el menisco roto, pero de ánimo bien, me subo al escenario y eeeeeeeeh súper bien. Me pasó una vez en una actuación antes de salir, en la que iba en chanclas y le pegué tal patada a un bordillo que se me abrió el dedo gordo en forma de 7, ¡pam! Y cuando me lo estaban curando escucho –con todos vosotros, Oscar Tramoyeres– y yo con una cara de… ¿de verdad? ¿en serio? Pues nada, me lo acabé de enrollar y subí, empezando a decir ¿Qué tal? ¿Habéis visto el bordillo ese que hay abajo? ¿Sí? ¡Pues yo no! La gente se descojonaba.
Entonces siempre hay parte de improvisación…
Siempre. Yo sí, hay cómicos que se lo preparan y no salen de ahí, yo pienso que así es más fácil quedarse en blanco. Personalmente no puedo obviar lo que pasa a mí alrededor, si se ha caído un vaso, o si alguien me ha contestado algo. Yo intento siempre sacarle provecho. Y si te sale bien, te sale muy bien eh, hay que ser ágil.
¿Dónde te gustaría actuar?
En el teatro Compac de Madrid, donde hacen el club de la comedia. Pero ahora mismo tengo mucho más de lo que buscaba. Yo solo quería trabajar de lo que me gustaba.
¿Qué tipo de humor crees que sobrevive al paso del tiempo?
El humor blanco te diría yo. Hay varios tipos de humor. Está el humor verde, más picantón. El humor negro que es sacarle punta a cosas como las funerarias, la muerte... Y luego está el humor blanco de chiquillos, más cotidiano, humor que no hace daño a nadie. Yo creo que ese tipo de humor dura más en el tiempo. Es como las casas, puedes hacerte una casa súper moderna y dentro de 20 años ha pasado de moda, pero si te haces una casa rollo las casas de Andalucía blancas pintadas con cal… ¡eso es intemporal! Dentro de 100 años estarán igual que ahora, porque se llevan y ahí están.
Para despedirnos ¿algo que quieras añadir? ¿algo que siempre has querido que te preguntaran y no se ha dado el caso?
Pues no sé, nunca me han preguntado qué haces mañana por ejemplo (ríe). Mira, una pregunta que se me acaba de ocurrir… ¿cómo te ves dentro de 10 años? Porque mucha gente me dice –bueno esto está muy bien, pero ¿a qué te dedicas? –Tengo que explicar que vivo de esto. O me dicen –esto está bien de forma temporal, pero ¿para siempre? – ¿Y por qué no? Esto es como todo...si tú te estancas, donde estás caducas y se acaba, tienes que ir subiendo peldaños poco a poco, porque igual si subes mucho te pegas el batacazo.De momento estoy en ese punto de progresión. Y ahora mismo tengo muchas actuaciones, intento cogerme un día a la semana para descansar porque la garganta se resiente y necesita descansar.
Te preocupas de cuidarte la voz de alguna manera…
Si, con gintonic, el Beefeater desinfecta, y el limón también y la tónica va genial para la barriga, si veo que estoy constipado le quito el hielo. Está todo pensado como ves.
Finalizamos la entrevista hablando de su agenda de espectáculos para los próximos meses. Desde MundoArti os animamos a que acudáis si queréis pasar un buen rato, porque como dice Óscar Tramoyeres la risa es la mejor de las terapias.