Entrevista al escritor Moisés de Las Heras
- by Mundoarti
- 05/05/2023
Cuéntanos un poco sobre ti
Me llamo Moisés de las Heras y soy escritor. Comencé a escribir a una edad muy temprana. Mis inicios son curiosos. Me crie en un grupo de teatro aficionado, al que pertenecían mis padres. El Candil, de Talavera de la Reina. Un día, un actor llevó un relato que había escrito. Allí descubrí mi afición como narrador y también como actor.
Siendo imposible a tan corta edad desarrollarme como actor, porque con nueve años no existen papeles para niños, me decanté por la literatura y escribí mi primera novela. Trataba de las relaciones de un viejo y su nieta. Era una forma de dar rienda suelta a mi “creatividad narrativa”. Más tarde fui evolucionando hacia la poesía, tocando todos los géneros hasta recaer en la novela.
¿Qué género trabajas?
Novela histórica principalmente. Pero no es el único género que cultivo. Por su complejidad, es el que me ocupa más tiempo, pero la poesía ocupó todo mi interés en un momento de mi vida. Hoy la tengo muy abandonada.
Si tuvieras que deficir en una frase el propósito de tu trabajo, ¿qué dirías?
Lo que intento es “resucitar muertos”. Suena chusco, lo sé. Mi ilusión es “hacerles una foto indeleble de su alma”, para que duren eternamente. Que tengan la oportunidad de su historia. Personas desaparecidas y olvidadas que, sin embargo, puedan encontrar una segunda oportunidad de vivir en mis palabras.
Soy consciente de que esa “nueva existencia” que le das es inventada, que esos individuos no fueron así en vida, no tienen nada que ver con lo que fueron. Pero sus nombres, su recuerdo y los hechos al menos puede constituir un 10 % de aquella vida, de aquella alma que se perdió.
El género que mejor cuadra para esta inútil tarea es la novela histórica.
¿Participas en concursos literarios? ¿Has ganado alguna vez o has quedado finalista?
“Escuchando a Filomena” consiguió el premio joven de la Universidad Complutense de Madrid en 1999.
“Tálbora” se alzó con el Premio Rafael Ceballos del año 2008.
“La carne del animal” fue premiada con el Domingo Pérez Munich, de la Universidad de La Laguna de Canarias, en 2013.
“Donde duermen las hormigas”, premio de dramaturgia Buero Vallejo, de Guadalajara de 2014.
“Einstein, el motor que enciende las estrellas”, accésit de la ESAD de Extremadura 2018.
Premios de relato también he recibido: el Frida Kahlo, el Antonio Ferrer Peiró, el Calicanto…
Y he quedado en numerosas ocasiones finalista. Incluso quedé seleccionado en el Ateneo de Sevilla y en el Azorín de Alicante.
Presentarme a certámenes es una tarea que tengo últimamente abandonada, porque me estoy dedicando al marketing para éstas y otras producciones.
¿Has publicado algún libro?
Bastantes. Novelas históricas: “Escuchando a Filomena”, “Tálbora”, “La verdadera o falsa vida de Antonio Stradivarius”. En teatro “La Carne del Animal”, “Donde duermen las hormigas”, “Einstein, el motor que enciende las estrellas”. Otro tipo de novelas: “El peso del dolor”, “Sueñomatografia”, “El destino de la jauría”. En fin, muchas.
Háblanos de la obra "Sueñomatografía"
Ah, así. Sueñomatografía es una obra que publiqué el año pasado con Adarve y se puede adquirir en Amazon y en la plataforma de dicha editorial. Es una obra de humor, para aficionados al séptimo arte, como yo.
Trata de un anciano que busca un amor perdido hace 50 años. Persiguiendo ese espejismo, se interna en un cine donde se duerme y conversa con actores y personajes de todos los tiempos: Rafaela Aparicio, Aurora Redondo, José Lifante, Bruce Willis, Woody Allen, Marilyn Monroe, los bailarines del West side Story, Frank Sinatra, los hermanos Marx, Humphrey Bogart… y muchos más. Cada cuál en su papel, según sus características. Es un divertimento, justificado por un sueño de un anciano que intenta a toda costa despertar pero que no lo consigue. Sueñomatografía es un alarde lleno de metáforas, con un diálogo chispeante y optimista. Una novela para pasar una buena tarde.
¿Qué estás escribiendo en este momento?
Acabo de terminar una novela sobre El crimen de Cuenca. Y lo que me tiene entretenido, hoy día, es otra novela histórica de una compositora del siglo XIX, muy conocida en Francia. Dos novelas que no verán la luz hasta dentro de un año o dos y que tengo pendientes. Están en proceso. Una la estoy corrigiendo y la otra la tengo en fase de redacción.
En la actualidad estás promocionando una novela corta, ¿de qué trata?
Así es. Se trata de “El peso del dolor”, publicado por Distrito 93. Cuenta una relación tóxica de amor, que deriva en un acoso casi delictivo y delirante. Acaba de salir de imprenta y podéis adquirirla también en la plataforma de Distrito 93.
¿Tienes pensado escribir más libros? ¿Qué temas te gustaría tratar?
Por supuesto. Me llama la atención la ciencia ficción. Pero como mi pasión es la novela histórica, probablemente lo enfoque hacia el futuro partiendo del pasado.
¿Sabes aquella frase sobre los que no conocen su pasado, están condenados a repetirlo? Me interesa especular sobre el mundo futuro y los errores que se pueden cometer en tiempos venideros, por no tener en cuenta los hechos históricos. Así lo enfocaría y vincularía el CFI con la historia, el género que me caracteriza.
También tengo pendiente la corrección de una novela sobre Jesucristo y otra sobre la conquista de América, que tengo terminadas, pero que aún “están durmiendo”.
¿Qué medios utilizas para que los lectores puedan estar al día de todos tus proyectos?
¿Mande? Es una tarea titánica. Evidente, las redes sociales están de moda. Me estoy poniendo al día en los secretos del marketing. Soy un escritor analógico. Lo intento, pero me cuesta meterme en el mundo de las ventas y lo que hoy se llama “marca de autor”. No me esperaba que tuviera que desarrollar esta faceta.
Un escritor es un escritor, no un vendedor, pero sí quieres ser conocido, tienes que adaptarte a los tiempos. En realidad, siempre ha sido así. Deberían avisar a los jóvenes escritores: están obligados a vender y hacer publicidad además de escribir. Ambas actividades, escribir y vender, son imprescindibles, van unidas. Las editoriales no se encargan de este proceso. No tan ampliamente y con tanta profusión y asiduidad como lo puedes hacer tú. Previo pago, el marketing es un tragadero de dinero y hay que andar con mil ojos, porque lo más probable es que no te rente. Ni a corto ni a largo plazo. Yo estoy empezando: Twitter e Instagram sobre todo. Y el marketing por tu cuenta y sin experiencia es una pesadilla. Pero hay que aprender, aunque para hacerlo bien tengas que especializarte. Es toda una carrera universitaria.
Hoy en día, tal vez esté demasiado diversificado para que se me vea. Es lo que estoy aprendiendo actualmente. Tener ventas, por otro lado, no te garantiza ser leído. Hay quien compra compulsivamente pero luego se olvida de leer el libro que se descargaron o no tiene tiempo para ello. O nunca lo pretendieron. Lo compraron porque sí, deslumbrado por la portada, como las urracas de deslumbran con los objetos brillantes, pero nunca tuvieron la intención.
Por otro lado, dudo que el usuario de internet sea un buen lector. Se pasa el día pegado al móvil. Dudo que eso sea un síntoma de lector inteligente.
¿Recibes mensajes de agradecimiento de personas que leen tus obras? ¿Crees que estás cumpliendo tu cometido?
No me consta ninguna venta. Así de claro. Ni para bien ni para mal. En Amazon, ninguna. Internet es un mundo extraño. Y las editoriales más aún. Cuando publicas en una editorial, ignoras cuantos libros se venden de tu obra porque nunca te envían informes de venta. Y si los envían, igual es mentira. ¿Quién te garantiza que sea verdad el número que te dicen? Tal vez la cifra sea mayor, pero se lo callan, para no pagarte lo que te corresponde. Eso si se vende.
¿Cómo han conocido tu libro? ¿Gracias a la promoción que hace de ti la editorial o de la que tú haces por tu cuenta? No lo sabes.
Tengo novelas subidas a Amazon con las que tanteo el mercado. Son novelas autopublicadas, pero si te digo la verdad, ni ventas ni reseña alguna. No soy visible. Pero no tengo tiempo, ni dinero ni conocimientos para el marketing necesario. Es un handicap muy grande. No, no estoy cumpliendo mi cometido, pero, como ya digo, estoy empezando en la cosa esta del marketing, que es una pesadilla, insisto.
¿Es fácil ser escritor? ¿Cuánto tiempo te lleva escribir una obra?
Desde el punto de vista técnico, es difícil al principio. No tienes costumbre y te cuesta mucho esfuerzo. Pero poco a poco te vas haciendo con la técnica y te resulta cada vez más fácil.
Se parece mucho al deporte. Cuanto más ejercicio haces, más fácil te resulta. Al principio, tu cuerpo no responde. Recorres cien metros, doscientos, y no puedes con tu alma. Pero si entrenas a diario, vas haciéndote con el oficio y al final puedes acabar con un cuerpo atlético y recorriendo cinco o seis kms a la carrera, sin despeinarte. Todo es cuestión de entrenamiento. Pues escribir igual. Luego depende de tus condiciones físicas y psicológicas, pero escribir engancha, al igual que el deporte.
Cinco o seis años me costó acabar mi primera novela. Desde entonces, mi velocidad de creación ha ido aumentando con la experiencia y ahora la termino en uno o dos años.
Hay que controlar muchas facetas: una anécdota interesante, una buena trama, un desarrollo que enganche, unos capítulos que llamen la atención y, además, unos personajes que sufran, que vivan, que emocionen, que se relacionen y establezcan entre ellos un buen conflicto. Psicología. Datos, que son mucho más importantes en una novela histórica que en cualquier otra. A eso debes atender. Son músculos que hay que entrenar por separado y finalmente todos juntos, para que el resultado sea óptimo.
Lo que tardas en escribir, sumado a lo que tardas en corregir, es el tiempo total hasta que la das por finalizada, que no terminada. Una novela no se termina nunca. En una novela siempre hay algo que cambiar, un fallo que descubres. Pero eso es normal y hay que hacerse a la idea.
Si tuvieras que elegir una palabra que te definiera, ¿cuál sería?
Constancia y optimismo. Gracias al optimismo soy constante. Gracias a la constancia, trabajo y gracias al trabajo aumenta mi confianza en mi calidad. Esa confianza me procura optimismo para seguir escribiendo y vuelta a empezar. Es un bucle.
Creo en lo que escribo. En la calidad de lo que escribo y eso me anima a proseguir.
Si he llegado a tal convencimiento es por el trabajo previo que he hecho, desde el punto de vista técnico, para alcanzar los objetivos que me he propuesto.
Al haber trabajado tanto puedo decir, honestamente, que ninguna de mis novelas aburrirá. También depende del lector, de sus gustos y de su inteligencia, por supuesto.
Como es lógico, las últimas son más entretenidas que las primeras, por una evolución natural de todo escritor. Pero la prueba de fuego la paso con creces.
¿Cuál es esa prueba de fuego?
Que cuento con un crítico que me enseña bastante y un lector beta también inmejorable: yo mismo. Yo mismo soy mi propio lector. Leo lo que escribo. Primero, dejo pasar el tiempo para olvidar la obra. Cuando ya lo he olvidado, al cabo de seis o siete años, vuelvo a leerla como si no la conociera. Soy mi propio lector beta. Si me sigue gustando, la doy por finalizada, no antes. Por eso digo creo que me he convertido en un escritor de calidad.
Y para todos los artistas que te estén leyendo y que actualmente presenten un bloqueo narrativo ¿qué consejo le darías?
Que salgan a correr. No importa la lluvia, el frío o el calor. Todos los días. Que no esperen a la inspiración. La inspiración se alimenta del hábito. Incluso cuando la inspiración no llega, el hábito hace que llegue. Forzando cada frase, al final entras en calor, como cuando corres. Escribir a todas horas. Unos días más, otros menos, pero hay que forzarse a escribir todos los días. Para eso es imprescindible establecer un método, uno la que sea siempre el mismo. El tuyo, no hay un solo método para todo el mundo. Cada uno usa el que mejor le viene.
Y establecer un inicio para el trabajo, pero también un final. Todos los días. Yo escribo durante una hora diaria, no más. Y corrijo durante dos. Siempre a la misma hora, cuando salgo a caminar, una hora de redacción, durante el paseo. Grabo el capítulo en audio. Luego dos horas de corrección ya en casa, buscando sinónimos, ajustando frases, quitando y poniendo personajes, arreglando escenas hasta la hora de cenar. Después me distraigo con una película. Y lo hago todos los días. Desde los 14 años y tengo 57.
¿Algún dato curioso sobre ti?
Mi educación narrativa fue, como te he dicho ya, el teatro. He ganado premios de dramaturgia y también como actor y director de teatro. Esto me ha ayudado a elaborar diálogos, a establecer relaciones psicológicas entre personajes, ricas y variadas y a introducir gestos que revelen emociones. Emociones, gestos y réplicas que he experimentado en mí mismo como actor, para luego trasladarlo en descripciones y narraciones en mis novelas. Creo que eso me ha ayudado y no concibo a un narrador que simplemente sea un escritor, aislado en su despacho frente a su manuscrito. Hay que ver, conocer, observar, relacionarse con gente de manera consciente y, para ello, el teatro es un arma muy poderosa. No solo te ayuda a “ver”, cuestión que cualquier persona puede experimentar, sino también a “analizar”. Y como el teatro siempre plantea relaciones conflictivas, porque al fin y al cabo es un género narrativo que desarrolla conflictos, recibes un entrenamiento constante a este respecto. Recomendaría a todo el mundo hacer teatro para que experimente esta riqueza que proporciona al narrador, sea cual sea el género que cultive, ya sea novelista, dramaturgo o cuentista.
¿Cómo podemos seguir de cerca tu trabajo?
Tengo un blog donde comento técnicas narrativas, con cierto éxito. Analizo libros y películas desde este punto de vista y además tengo un canal de YouTube donde subo audiolibros. Me sirve, sobre todo, para desarrollarme como actor. Actor de voz principalmente. Subo textos clásicos como el Cid y La Celestina, que tienen gran predicamento entre profesores universitarios y de instituto. Me consta que se los ponen a sus alumnos en clase.
Un canal cercano a los mil suscriptores ya.
Estos son los link, para aquellos que estén interesados.
Mi página de autor: www.amazon.com/author/moisesherasfdez
Mi web/blog literario LLUVIA EN EL MAR: http://www.blogliterariolluviaenelmar.com
Mi canal de audiolibros/audiorelatos/audiopoemas en Ivoox: https://www.ivoox.com/moises-de-las-heras_sb.html?sb=moises-de-las-heras
También estoy presente en las principales redes sociales, podéis encontrarme en:
YouTube Audiolibros Moisés de las Heras
Twitter @Moisesherasfdez
Facebook Moisés De Las Heras Fernández
Instagram @moisesdelasherasfdez
¿Qué te supone para ti Mundoarti? ¿Te ha ayudado a crecer como escritor?
En Mundoarti, presentarse a un certamen supone un simple clic de ratón. Esta es la principal ventaja.
Certámenes en España hay muchos y en cada uno te piden una información diferente. Fuera de Mundoarti tienes que estar rellenando PDFs continuamente y eso es una lata. Escribir una y otra vez tus datos por cada certamen al que te presentas es una tarea mecánica pesada.
Pero cuando encuentras un certamen en Mundoarti, te da un subidón. Sabes que solo tendrás que agregar tu relato o tu novela y Mundoarti se encarga del resto, porque ya estás inscrito. Webs como Mundoartl te facilitan el trabajo y eso es lo que necesita un escritor, que le quiten trabajo burocrático y le regalen tiempo para escribir. Mundoarti regala el bien más preciado para un escritor: tiempo. Se pierde mucho tiempo rellenando papeles y a veces ni te presentas al certamen por eso mismo, porque te da pereza el trabajo que supone, aunque sea breve.
Imagino que cada certamen se considera único. Son certámenes que se miran el ombligo e ignoran los miles de ellos que existen en España. Se creen los únicos. Creen que el escritor se extasía con su certamen y que le vale la pena “perder una tarde entera” rellenando sus, a veces, caprichosos formularios. Te cabrean esos certámenes que se miran el ombligo y no hacen más que pedirte domicilio, teléfono, correo electrónico y mil idioteces que se repiten una y otra vez pero que, para ellos, es básico rellenarlos porque son “los únicos”.
Los certámenes que confían en Mundoarti, ya sean convocados por ayuntamientos o entidades privadas, te caen mejor. Te eximen de los tramites, de los cual se ocupa la plataforma, y es de agradecer.
Y que caiga mal o bien un certamen es fundamental. Es un prestigio extra para el nombre de ese certamen.
Ojalá todos los certámenes en España convocaran al personal a través de Mundoarti, porque no solo tendrían mayor proyección. También serían más conocidos y recibirían más participantes. Y conseguirían dar mejor imagen de sí mismos como convocantes del premio.