Entrevista al fotógrafo Jose Mena Álvarez
- by MundoArti
- 13/02/2024
Cuéntanos sobre ti.
Mi nombre es Jose Mena Álvarez. La naturaleza y el mundo rural son mis pasiones, y tal vez, influyeron en esta predisposición, el hecho de vivir muy cerca de un espacio natural salvaje y agreste. La fotografía es el instrumento del que me sirvo para transmitir todo lo que ven mis ojos.
Mis primeras imágenes las realizaba con una Kodak Instamatic que mis padres me regalaron cuando tenía 9 años Era un aparato realmente muy rudimentario, con solo dos posiciones, sol-sombra. Con la adolescencia di un pequeño salto de calidad con la Olympus Pen F. No fue hasta la llegada de la Nikon FM2 cuando entré en el mundo de la imagen profesional analógica. Una primera etapa cargado con mucha ilusión que pronto se convirtió en una auténtica frustración, pues mi mente iba más deprisa de lo que mis manos y conocimiento podían hacer. Me preguntaba si alguna vez llegaría a conseguir las impresionantes imágenes de aquellos grandes fotógrafos de naturaleza.
El camino hasta hoy ha sido un largo proceso de continuo aprendizaje, sobre todo teniendo en cuenta que la imagen digital no llegó hasta bastantes años después, siendo el proceso fotográfico en mis inicios mucho más laborioso.
Es en esta época predigital cuando aparece con fuerza la figura del que para mí ha sido un referente, que ha guiado todos mis pasos y al que de una forma deliberada he tratado de imitar, el aragonés Ricardo Vila. Su obra fotográfica es magistral, y más aún en unos tiempos en los que la obtención de una imagen no era como lo es ahora. La tecnología digital nos ayuda en todo momento facilitando mucho la labor del fotógrafo moderno. Es en este punto donde, sin quitar mérito a los trabajos actuales, destaca el valor de su obra.
Todas mis fotografías son parte de un proyecto personal, donde intento transmitir todo un mundo que a ojos de la gente es totalmente imperceptible y así acercarles la belleza de la naturaleza.
Un reto en el que como decía mi amigo y fotógrafo mejicano Juan Nava Stener: interpretar a la naturaleza sin tocarla, sin transformarla y sin falsear su esencia, aprender de ella todos los días como ejemplo de vida. Apreciar su propio espíritu para que todos juntos podamos cuidarlo. Dejar que cada elemento se conjugue, que cada ser vivo tenga un lugar y un respeto, porque respetar su existencia es como se respeta a uno mismo.
¿Alguna influencia en la familia? ¿Algún familiar que ya fuera artista? Cuéntanos un poco más.
Mi padre y mi bisabuelo que estudiaron en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. Fueron pintores paisajistas. Al estar rodeado de tanta pintura naturalista, es muy probable que de manera inconsciente esto haya influido en mi posterior vocación.
Háblanos de la obra tus proyectos actuales.
Actualmente estoy inmerso en varios proyectos. Uno junto al equipo del arqueólogo Ximo Martorell Briz, con el que colaboro con la documentación de las cavidades con arte rupestre del Macizo del Caroig, donde recientemente se han descubierto más de 40 yacimientos.
Por otra parte, estoy realizando unos trabajos de fotografía de alta velocidad con mis animales favoritos, los murciélagos. Los llevo fotografiando (lo jodido de fotografiarlos, es que no los ves) desde hace muchísimo tiempo, pero esta vez, aplicando una nueva técnica que descubrí por casualidad y que ahora estoy perfeccionando. En un mismo escenario combino dos fuentes de luz diferentes, la luz continua de unas linternas con la luz ultrarrápida de los flashes, buscando esa fotografía impactante experimentando con la luz y con el tiempo.
Nos puedes explicar con más profundidad la técnica de la alta velocidad?
La técnica de alta velocidad, y en mi caso aplicada en los animales salvajes, es una de las modalidades más complicadas y que más despliegue de medios técnicos precisa, pues además de cámara y objetivo, se necesitan varias unidades de flash, trípodes, disparador infrarrojo y otros. Consiste en introducir la luz artificial de los flashes a velocidades altísimas del orden de 1/20000 por segundo para congelar movimientos que de otra forma sería imposible. Esta técnica, la cual llevo practicando y perfeccionando desde hace años, me permitió adentrarme en un universo nuevo, captando tanto el vuelo de un ave o un murciélago, como el salto de un anfibio o un saltamontes, por poner algunos ejemplos.
¿En qué red social recibes más interacción con tus seguidores y te sientes más cómodo/a?
No tengo mucha interacción en las redes sociales, de hecho hace un año cancelé mi cuenta de Instagram a pesar de que contaba con más de cuatro mil seguidores. Aunque reconozco que tienes que estar ahí, mi fotografía merece un respeto que esta plataforma no me aporta, no respeta la calidad de mi trabajo, y la visibilidad ya no depende de lo buen fotógrafo que seas sino del dinero que estes dispuesto a gastarte.
Actualmente se pueden ver algunas de mis fotografías en 500px, pero sobre todo es en mi página web donde subo contenido regularmente y en la que tengo un blog que actualizo constantemente.
¿Has realizado alguna exposición? En caso afirmativo indícanos las exposiciones realizadas y sus correspondientes lugares.
Sí, por supuesto. Mi obra fotográfica ha sido mostrada en numerosas poblaciones de la Comunitat Valenciana, incluyendo la capital, donde he expuesto para las universidades, así como en el Museu de les Arts i les Ciències con algunas imágenes en una exposición colectiva de naturaleza.
Interpretar a la naturaleza sin tocarla, sin transformarla y sin falsear su esencia, aprender de ella todos los días como ejemplo de vida.
Pájaro de otoño, una de las obras ganadoras en la XX Exposición Internacional Museo Virtual MundoArti Nuevo Año 2024
Háblanos de la evolución de tu obra
Fotográficamente nací inmerso entre rollos de película, sustancias químicas y procesados en cuartos oscuros, un mundo absolutamente analógico muy diferente a la actual era digital que ha sustituido todo esto por sensores electrónicos de imagen como captadores de luz y un ordenador como laboratorio de edición y revelado.
Por tanto, mi disciplina fotográfica, que está centrada en el mundo natural, ha evolucionado pasando por diferentes fases a lo largo de este camino entre la época predigital del grano de las emulsiones al pixel de la imagen digital.
Lo que siempre he tenido claro, es que en fotografía de naturaleza, tenía la obligación de plasmar la realidad tal y como es, intentando modificarla lo más mínimo para que llegue a los ojos del espectador lo más pura posible. En la época del carrete nuestro control de la imagen (a no ser que tuviéramos laboratorio propio) terminaba con el clic del obturador al realizar la toma, por lo que el revelado y el positivado se confiaba a laboratorios profesionales que, más o menos, de una forma standard lo hacían de manera aceptable. Afortunadamente (o no), a pesar de que con el paso del tiempo he aprendido que la imagen más pura y realista era la de aquellos primeros años, hoy nosotros somos también laboratorio, y podemos controlar esa segunda etapa del proceso fotográfico.
Siendo la luz la base principal de la fotografía, debemos saber canalizarla lo mejor posible antes de que llegue al sensor de nuestra cámara, si no hacemos esto bien, después habrá más trabajo con la edición, que hará que se estropee esa realidad que hemos intentado captar.
Por tanto, siempre que las condiciones lo permitan, debemos trabajar la luz, no los píxeles con programas como Photoshop. Mi forma de trabajar una vez he captado la imagen (Raw evidentemente, que nos muestra una imagen lavada, sin volumen, poco contrastada, en definitiva, muy plana, como el antiguo negativo original) consiste en revelarla (ojo, no editarla), y en este proceso realizo mínimos cambios de contraste y saturación, bajando si es necesario las altas luces o levantando las sombra. Todo lo que hagamos de más, clonar, cambiar colores, poner luces, desenfoques, será falsear el resultado e irá desvirtuando la esencia de la imagen original, haciendo que el observador pierda el interés, al pensar que ante sus ojos hay una imagen demasiado artificial.
Personalmente me espantan esas imágenes tan perfectas y espectaculares que vemos de paisaje, con su mérito, claro, pero que no plasman la realidad tal y como la vio el fotógrafo en el momento de tomarla, y que al profano y poco entrenado en materia visual le causa admiración, pero no a los puristas de la imagen. Llegados a este punto, debo aclarar que en algunas situaciones muy concretas, muy a pesar mío, he traspasado con cierto remordimiento esta línea roja, eso sí, advirtiendo honestamente a mis lectores. Y por suerte, en los concursos de fotografía de naturaleza, es obligatorio presentar las imágenes en el archivo original RAW, para que el jurado pueda comprobar que ha habido tan sólo un mínimo de revelado, sin excesiva edición y nada de retoque.
Por tanto, mis primeros trabajos fueron en la época del carrete y la diapositiva. Más tarde con las primeras cámaras digitales del mercado empecé a adentrarme en un mundo nuevo de la imagen y monté mi primera exposición utilizando esta nueva tecnología. Ahora, en retrospectiva, veo aquellas fotografías que en su momento me parecían excelentes y me avergüenzo, no de su imagen a la hora de capturarla con la cámara, sino de su posterior edición: con unos revelados demasiado agresivos, muy propios de la mentalidad de aquella época en la que empezaba a emerger la fotografía digital, donde se podía apreciar una excesiva iluminación de la escena junto a una intensa sobresaturación de los colores.
En la actualidad, cada vez más, mi obra se inclina más hacía la fotografía tradicional, con ediciones muy sutiles de saturación y contraste
Otra de las obras del fotógrafo Jose Mena
¿Qué supone para ti MundoArti? ¿Te ha ayudado a crecer como artista?
En primer lugar, darle las gracias a MundoArti por reconocer mi obra, dándome la oportunidad de mostrar una de mis fotografías Pájaro de otoño, en la XX EXPOSICIÓN INTERNACIONAL MUSEO VIRTUAL MUNDOARTI NUEVO AÑO 2024 y ser seleccionada junto a otros dos artistas como ganadores absolutos.
Esto ha supuesto para mí como un despertar después de estar algunos años medio “dormido” en cuanto a mi participación en temas relacionados con el mundo del arte.
Considero a MundoArti como una plataforma de enorme proyección artística para cualquier persona con inquietudes, pues su oferta de múltiples actividades como exposiciones, concursos, publicaciones, entrevistas, artículos, etc. es muy amplia. A su vez, hacen una difusión de los contenidos de una forma muy profesional estando en todos los detalles, lo que promueve, motiva y estimula a la participación.
Sinceramente estoy muy contento de pertenecer a este gran grupo, y no tengo ninguna duda de que me va a ayudar a crecer como artista.