Entrevista al ilustrador y escritor Javirroyo

Cuéntanos sobre ti.

Lo único que hago en mi vida es luchar contra el aburrimiento y la única forma que se me ocurre de hacerlo, es jugar a contar historias con dibujos, que es lo que sé hacer. Me dedico a ilustrar cosas complejas y llevarlas a aquel punto tan simple en el que, si lo abstraigo un poco más, no se entenderá nada.

Simplificar las cosas y las historias es como limpiar la paja del grano, sacarle brillo y presentarlas. Esto permite generar imágenes en la cabeza de los demás. Yo siempre digo que el éxito de los Playmobil con los que jugábamos de pequeños es que una cara de Playmobil es la cara de cualquiera y te ves reflejado en él. Cuando jugabas con ese Playmobil, eras tú mismo el protagonista pirata o bandolero. Se podría decir que dibujo Playmobil. Lo mío es escribir con palabras, esquemas y dibujos. La finalidad es contar cosas. “Cuéntalas, usando todo lo que tengas alrededor para mostrar eso que quieres.” Me gusta mucho la tecnología, y he tenido mucha suerte de haber vivido este mundo de las redes sociales que te permiten tener una audiencia, conseguir llegar a mucha gente e interactuar con ellos. Soy muy sociable, y esto, unido a la gran hegemonía de la imagen en Instagram, me está dando muchas alegrías. Soy alguien feliz, aunque tenga muchos dibujos dramáticos. El humor es lo que tiene, que parte del drama, del drama humano. He tenido la suerte de aprender y conocer de cerca a algunos de mis maestros que son (o han sido) también amigos, como Forges, Javier Mariscal, Mario Eskenazi o Christoph Niemann. Soy licenciado en Bellas Artes por la Euskal Herriko Unibertsitatea, soy profesor de ilustración y diseño en IED, Labasad y BAU. También soy el responsable de educación en la ONG Foundawtion con programas educativos al sur de Senegal. Dirijo un estudio de diseño que se llama Chispum. Fruto de los libros y de la práctica, cocino la mejor tortilla de patatas del planeta. Y no tengo abuela.

¿Qué disciplina artística trabajas?

La ilustración y el humor gráfico, pero como te decía, sobre todo contar historias. Lo podéis ver mejor en mi Instagram: @javirroyo

¿Cuándo descubriste tu pasión por la ilustración? ¿Cuándo empezaste a dedicarte de manera más profesional a ella?

Empecé a apasionarme por contar historias con dibujos a los 5 años cuando leía e imitaba a Ibáñez, mi primer maestro en el dibujo, dibujando a Mortadelo. Siempre digo que tuve la suerte de saber lo que quería ser de mayor desde esa edad. No he tenido crisis nunca de plantearme si quiero hacer eso u otra cosa. Es como que me divierto desde pequeño y lo sigo haciendo. Así que dedicarme a hacer ilustración de forma profesional, lo he hecho desde siempre. Desde pequeño también. No hay una barrera entre el dibujar y dedicarte de forma profesional. Si la pregunta es cuándo gané mi primer dinero con la ilustración, creo que fue a los 14 años vendiendo unas pegatinas con dibujos míos.

¿Qué intentas expresar y comunicar con tus ilustraciones? Es decir, ¿Cuál es la finalidad de tu trabajo?

En los dibujos me gusta hablar de la muerte, del sexo, del amor, de los amigos y las relaciones humanas. A veces resbalo hacia temas de actualidad, que al final es hablar también de amor y desamor, de traiciones, venganzas o relaciones humanas, al fin y al cabo.

Simplificar las cosas y las historias es como limpiar la paja del grano, sacarle brillo y presentarlas. Esto permite generar imágenes en la cabeza de los demás.

Ilustración favorita de Javirroyo

¿Qué te inspira a la hora de crear tus ilustraciones?

La realidad humana, lo cotidiano. Observar a las personas, ver películas, series o leer un buen libro. EL ser humano me fascina, porque encierra lo mejor y lo peor.

¿Si tuvieras que elegir las dos obras que más te gustan, cuáles serían? (adjúntanos las imágenes e indica el nombre si tienen).

Mías no sé qué decirte. Quizás una mítica que es la de “Hijo mío…”. Pero de otros artistas, cualquier ilustración del libro de Saul Steinberg (por ejemplo, The Art of Living).

¿Cómo crees que influyes en la vida de tus seguidores? Es decir, ¿Qué crees que les aportan tus obras?

Creer que influyes en la vida de los demás por el simple hecho de dibujar es muy pretencioso. Yo lo único que hago es plantear preguntas en forma de dibujos o dar mi opinión, que es igual de válida que la de cualquier otro (es como eso que se dice que la opinión es como el culo, todos tenemos uno diferente). Así que creo que no influyo en absoluto. Es muy difícil cambiar la opinión de alguien. Seguramente esa opinión ya existe y tú la refuerzas o al responder a una ilustración mía, la estás reforzando.

Por lo visto, también has publicado libros. ¿Nos puedes hablar un poco sobre ellos? 

He publicado muchos libros, desde los primeros de La Cebolla Asesina por los años 2000, a La Tortilla de Patatas (2016) junto al gran David de Jorge. También mis dos libros Homo Machus (2020) y Laborachismo (2021), sobre el machismo y las nuevas masculinidades. Por último, Dibujo luego Pienso (2023) sobre creatividad.  

¿Hay algún tema o género que prefieras ilustrar sobre otros? ¿Por qué?

Las desigualdades, el machismo, la creatividad… Son temas que me interesan y me llaman más la atención. Creo que en la creatividad está el camino a la felicidad, al menos es como yo lo vivo.

¿Qué te llevó/motivó a colaborar con UNICEF en proyectos de ilustración? ¿Has hecho más colaboraciones a parte de esa?

Con UNICEF fue a raíz de una colaboración que funcionó muy bien y me invitaron a colaborar con ellos en las diferentes causas que tiene para recaudar fondos. Fue una colaboración muy bonita. En el plano de las ONGs u organizaciones he colaborado con otras grandes también como la ONU, Unesco, Oxfam, Cruz Roja o Fundación Once por ejemplo y multitud de las menos conocidas como El Somni dels Nens, Los amigos de los mayores, la Sociedad Española de Reumatología, Foundawtion, Global Humanitaria, Bigite Elkartea, Fundación Kálida, Nous Cims, Obertament, etc.

Que es lo que mas te gusta de tu trabajo y que palabras dedicarías al público que pueda leer esta entrevista.

Lo que más me gusta de mi trabajo es que el tiempo se me pasa rápido y me divierto muchísimo. Para mí, contar historias dibujadas es como respirar. Yo siempre dibujaré. No concibo eso de la jubilación, ¡si ya hago lo que me gusta! Tengo la suerte de que encontré este camino cuando era muy pequeño. A quien lea esto le diría que busque aquello que le guste hacer, con lo que el tiempo le pasa volando e intente hacerlo al máximo. Sobre todo, que la gente se ría y se divierta que la vida son cuatro días y mañana te puede caer un piano en la cabeza e irte al otro barrio. Que disfruten.